El Día de Acción de Gracias es una festividad en la que se agradece por el año anterior y tradicionalmente por las buenas cosechas. Los países que más lo celebran son Estados Unidos, el cuarto jueves de noviembre, y Canadá, el segundo lunes de octubre. También es oficial en Liberia, país fundado a mediados del siglo XIX por antiguos esclavos afroamericanos, y se celebra en menor medida en Alemania, Filipinas o Brasil. Aunque tiene orígenes religiosos, también ha devenido en una celebración secular.
Según la tradición estadounidense, el primer Día de Acción de Gracias lo celebraron los colonos puritanos a finales de 1621. Unas cien personas habían llegado el año anterior a Norteamérica a bordo del Mayflower y fundaron la colonia de Plymouth, la primera que se consolidaría en el territorio, en el actual estado de Massachusetts, pero la mitad no sobrevivió al primer invierno. Al año siguiente, la ayuda de los nativos al éxito de la primera cosecha les motivó a celebrar junto a ellos una cena de acción de gracias.
Sin embargo, el trasfondo del Día de Acción de Gracias ya venía de antes. Por un lado, la Reforma anglicana del siglo XVI había eliminado muchos festivos católicos en favor de días de ayuno y acción de gracias. Por otro, tanto en la Europa cristiana como en las culturas nativas norteamericanas era común celebrar las buenas cosechas. De hecho, existen posibles celebraciones previas a la de 1621. Algunos historiadores apuntan a precedentes religiosos en los colonos españoles en Florida, o en las colonias anglosajonas de Popham (1607), Jamestown (1610) o de los Berkeley Hundred por su llegada a tierra firme.
Con todo, el Día de Acción de Gracias se extendió conforme aumentó la colonización anglosajona de Norteamérica y se consolidó tras la independencia de Estados Unidos. El primer presidente, George Washington, declaró el Día de Acción de Gracias en 1789 con motivo de la Constitución del nuevo país, y se celebró el jueves 26 de noviembre. Casi un siglo después, Abraham Lincoln proclamó la jornada como fiesta nacional el último jueves de cada mes. Finalmente, Franklin D. Roosevelt firmó en 1941 la ley que la hizo oficial tras la aprobación del Congreso, y tras los cambios en varios estados la jornada terminó de unificarse a nivel nacional una década después. Por su parte, Canadá había instaurado la festividad en 1879.
La tradición del Día de Acción de Gracias está arraigada en la sociedad estadounidense. Ya sea religiosa o secular, lo principal consiste en una cena familiar en la que se suele comer pavo asado al horno con alguna salsa dulce, como la de arándanos, boniato, judías verdes u otras verduras, y algún postre típico, como la tarta de manzana. El pavo se consolidó desde el principio por ser más accesible y fácil de criar que otros animales, como las vacas, y porque uno solo permitía alimentar a más personas que, por ejemplo, el pollo. Tal era el arraigo cultural que uno de los padres fundadores de Estados Unidos, Benjamin Franklin, propuso declarar el pavo como ave nacional en lugar del águila calva, pero la iniciativa no prosperó.
La tradición llega incluso a la Casa Blanca. Desde finales del siglo XIX, granjeros y representantes de la industria del pavo le regalaban un ejemplar al presidente estadounidense para su cena del Día de Acción de Gracias. En los años setenta, la primera dama Rosalyn Carter, esposa de Jimmy Carter, introdujo el “perdón presidencial” para algunos pavos que serían enviados a zoos. El presidente siguiente, Ronald Reagan, lo estableció como una ceremonia pública donde se le perdona la vida a uno o dos pavos blancos de pecho ancho, el más típico del país. Finalmente, George H. W. Bush introdujo el término “indulto” y desde su mandato se volvió una tradición anual y mediática que el presidente aprovecha para dar mensajes políticos.
De igual manera, el Día de Acción de Gracias ha ido de la mano con otros elementos de la cultura estadounidense. Uno de ellos es el consumo. La oficialización del cuarto jueves de noviembre tenía como fin inaugurar el periodo navideño, pero en particular el de las compras navideñas, y desde 1924 ya era tradicional el desfile de la cadena de grandes almacenes Macy’s en Nueva York. Por ejemplo, este año se estima que el 49% de los consumidores gasten más de cien dólares en esta festividad. Asimismo, desde principios del siglo XX ha habido partidos oficiales de fútbol americano en el Día de Acción de Gracias.
Fuente: El Orden Mundial