Millones de residentes del sur de California están bajo alerta roja debido a los destructivos vientos de Santa Ana, que intensificaron los incendios en la región, incluido el incendio conocido como "Palisades".
Este fuego consumió cientos de acres y forzó la evacuación de numerosas familias en el área de Los Ángeles.
El Servicio Meteorológico Nacional ha emitido una alerta por una “situación particularmente peligrosa” (PDS, por sus siglas en inglés), afectando a 19 millones de personas, incluida la metrópoli de Los Ángeles.
Este tipo de aviso es raro y se emite solo en escenarios con alto riesgo de eventos extremos como tornados o incendios de rápida propagación.
Mientras los residentes huían de sus casas, los bomberos luchaban por controlar las llamas que se propagaban por las laderas de Los Ángeles alimentadas por los vientos de Santa Ana; los meteorólogos prevén que las destructivas ráfagas podrían durar varios días, derribar árboles, crear marejadas peligrosas y poner bajo un riesgo extremo de incendios forestales a zonas que no han visto lluvias sustanciales en meses.
Los bomberos respondieron a un puñado de pequeños incendios en toda la región, incluyendo uno que provocó órdenes de evacuación de los barrios de mansiones en las estribaciones de Pacific Palisades, en el oeste de Los Ángeles.
Ese incendio consumió rápido más de 81 hectáreas de maleza seca y levantó una enorme columna de humo visible en toda la ciudad.