Marchas, concentraciones, pronunciamientos de autoridades y la divulgación de estudios sirvieron de marco para pedir en una sola voz la eliminación de la violencia machista en América, cuyo día internacional para su erradicación transcurrió el pasado viernes en un continente donde no se detienen las cifras de feminicidios y abusos.
Durante la jornada se conoció un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), según el cual el año pasado se registraron al menos 4.473 femicidios en 29 países de la región.
Las mayores tasas de feminicidio por cada 100.000 mujeres se registraron en Honduras, con 4,6 casos; República Dominicana (2,7 casos), El Salvador (2,4 casos), Bolivia (1,8 casos) y Brasil (1,7 casos).
Belice y Guyana presentaron las mayores tasas de feminicidio en el Caribe (3,5 y 2,0 por cada 100.000 mujeres, respectivamente).
Durante la jornada, el Gobierno de Estados Unidos expresó que la violencia machista es un abuso de los derechos humanos y que a pesar de los «grandes pasos» dados para prevenirla en el mundo sigue estando «profundamente arraigada» en las normas sociales.
En ese sentido, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, dijo que «una de cada tres mujeres y niñas sufrirá violencia sexual o física en su vida, y el 70 % experimenta violencia de género en contextos humanitarios», mientras que una de cada cinco niñas es casada cuando todavía no ha cumplido los 18 años.
Asimismo, colectivos de mujeres organizaron marchas en Argentina para clamar por el fin de la violencia machista, entre ellos el grupo «Ni Una menos», que convocó en Buenos Aires a una manifestación frente a la sede de la Corte Suprema con la consigna «contra las violencias, fuerza feminista».
Según un informe divulgado por la asociación civil La Casa del Encuentro, Argentina contabilizó, desde el 25 de noviembre del año pasado y el 23 de este mes, 300 feminicidios y muertes vinculadas de mujeres y niñas, y siete trans y travesticidios, mientras que el observatorio nacional MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), indicó que entre el 1 de enero y el 19 de noviembre de 2022 se produjo un feminicidio cada 37 horas.
En Brasil, considerado como uno de los países más peligrosos para la mujer, las estadísticas han registrado paulatinas mejorías año a año, aunque según datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública, en 2021 se registraron 1.319 feminicidios en el país, lo que supone el asesinato de una mujer cada siete horas.
«No más violencia contra las mujeres campesinas. Exigimos nuestro derecho a la tierra y a los recursos» y «El siglo de las mujeres es aquí y ahora», se leía en las camisetas de algunas de las centenares de mujeres que salieron a protestar en Tegucigalpa tras conocer las cifras que ubican a Honduras como el país más afectado por los feminicidios.
Un estudio conocido en Venezuela concluyó también que los asesinatos de mujeres encabezan la estadística de violencia en ese país, donde cada 37 horas una muere de forma violenta.
En los primeros nueve meses del año, 175 mujeres fallecieron a manos de sus esposos, novios o exparejas, según la ONG Utopix. Se trata de una oleada confirmada por la Fiscalía, cuyos registros muestran un millar de feminicidios en el último quinquenio.
Decenas de personas se manifestaron en la fronteriza Ciudad Juárez, al norte de México, para exigir justicia por los casos de violencia contra la mujer. EFE/Luis Torres
Pero las venezolanas afrontan riesgos no solo en su país sino también en los lugares donde han ido a vivir en el marco de la masiva migración de los últimos años.
Según el Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés), la violencia de género representa un alto riesgo subyacente para las mujeres afectadas por la crisis venezolana que viven dentro y fuera de su país, tras analizar datos recopilados entre 2020 y 2022 en Venezuela, Colombia y Perú.
Por su parte, la Coordinadora de la Mujer reveló que la violencia sexual aumentó hasta en un 51 % en Bolivia en los últimos 5 años, fenómeno que catalogó como «otra pandemia» que afecta especialmente a niñas y adolescentes. Allí las marchas se realizaron en ciudades como El Alto, vecina de La Paz, donde decenas de personas llegaron hasta las puertas de la Fuerza Especial de Lucha contra la Violencia en protesta contra la impunidad en los casos de violencia contra las mujeres.
En Nicaragua se informó que al menos 57 mujeres han muerto dentro y fuera del país en lo que va del año a causa de la violencia machista, según la organización Católicas por el Derecho a Decidir.
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más y la ONG Raza e Igualdad indicaron desde Costa Rica que la violencia hacia las mujeres en Nicaragua se encuentra en riesgo de aumento.
Ambas organizaciones señalaron que en los últimos 12 años se han registrado al menos 846 feminicidios en el país, a pesar de la instauración de la cadena perpetua.
Centenares de mujeres asistieron a marchas México, El Salvador, República Dominicana y El Salvador, donde se gritaron consignas en rechazo de la violencia machista.
Amnistía Internacional (AI) expresó que el Estado mexicano debe resolver las deficiencias en que incurren las Fiscalías del país al investigar las muertes violentas de mujeres, en tanto que varias juezas mexicanas reclamaron que las instituciones judiciales impongan una mayor perspectiva de género en sus decisiones.
En Ecuador, las mujeres de pueblos y nacionalidades originarias de la Amazonía pidieron «una vida libre de violencia», así como una ley justa y reparadora en casos de todo tipo de violencias, en tanto que en Paraguay se informó que ocho de cada diez mujeres «de 18 y más años» pasó por algún tipo de violencia en su vida.
En Colombia, el Ministerio de Cultura y la Agencia Española de Cooperación Internacional (Aecid) celebraron los avances de la implementación de su proyecto de Impulso de la Autonomía Económica de las Mujeres, una iniciativa que busca la reducción de la brecha de género en el país.
Por otra parte, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, decretó esta semana la extensión hasta el 30 de junio de 2023 del estado de emergencia, declarado por primera vez en enero de 2021, y la continuación del Comité de Prevención con el objetivo de encarar la violencia contra las mujeres.
Pierluisi tomó la decisión por los 70 feminicidios de este año frente a los 53 de todo 2021, cifras consideradas como alarmantes en una isla de poco más de 3 millones de habitantes.
Mientras tanto, instancias oficiales y activistas independientes recordaron en Cuba la importancia de la lucha contra la violencia machista, con el matiz de que las segundas reclamaron de nuevo la «urgencia» de una Ley Integral de Género, algo que no entra en los planes de las autoridades (el nuevo Código penal no tipifica el feminicidio).
De hecho, en lo que va de año suman 33 los casos de feminicidios verificados por activistas de la plataforma YoSiTeCreo en Cuba y la revista feminista cubana Alas Tensas, a falta de un recuento oficial. En el conjunto de 2021 registraron 36 y, en 2020, 32.
Del mismo modo, la Iglesia católica de Panamá dijo que «no basta» con alzar la voz para defender los derechos de las mujeres, sino que es «urgente» que todos los sectores trabajen para garantizar su protección, mientras que alrededor de 500 guatemaltecas marcharon en la capital de su país para exigir al Gobierno medidas para frenar los feminicidios.
La desigualdad de género es de tal envergadura en la región que, por ejemplo, la ministra chilena de la Mujer, Antonia Orellana, admitió este viernes a EFE que no le ha «sorprendido» el machismo que ha encontrado en las instituciones y aseguró que estaba «preparada» para los ataques de la derecha.
En 2022 se han perpetrado 45 feminicidios en Chile, según el registro de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, 11 menos que el año pasado, pero los datos de la policía de Investigaciones revelan un aumento del 29 % este año de las denuncias por delitos sexuales respecto a 2020.
Fuente: EFE