Apnea y otros trastornos del sueño pueden incrementar el riesgo de demencia senil

Según el estudio, estos trastornos incluyen dificultades respiratorias como los ronquidos y la apnea obstructiva del sueño, que provoca pausas repetidas en la respiración, reduciendo los niveles de oxígeno y afectando el cerebro.

Un estudio realizado por la Universidad de Miami, enfocado en latinos residentes en EE.UU., concluye que la apnea y otros trastornos del sueño podrían generar alteraciones en áreas cerebrales clave para la memoria y el pensamiento, aumentando el riesgo de desarrollar demencia.

La investigación, difundida este miércoles y publicada en la revista Neurology de la Academia Estadounidense de Neurología, indica que niveles bajos de oxígeno durante el sueño están vinculados con cambios en la materia blanca del cerebro, estructuras profundas relacionadas con el envejecimiento cerebral y, eventualmente, con la aparición de demencia.

Según el estudio, estos trastornos incluyen dificultades respiratorias como los ronquidos y la apnea obstructiva del sueño, que provoca pausas repetidas en la respiración, reduciendo los niveles de oxígeno y afectando el cerebro.

El doctor Alberto Ramos, autor principal del estudio y director del Programa de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, explicó que los latinos presentan un mayor riesgo de demencia en comparación con la población blanca no latina, lo que motivó su enfoque en esta población.

Ramos señaló que investigaciones previas ya habían relacionado niveles bajos de oxígeno durante el sueño con contracciones cerebrales y, en otros casos, con crecimientos anómalos, ambos asociados con deterioro cognitivo y demencia.

El estudio y sus hallazgos

La investigación incluyó a 2,667 latinos con una media de 68 años, quienes utilizaron dispositivos de medición del sueño para registrar apneas y niveles de oxígeno en sangre. Los participantes fueron clasificados en tres grupos:

Diez años después, se les realizaron escáneres cerebrales para medir el volumen cerebral y detectar daños en la materia blanca.

Se observó que quienes presentaban mayores problemas de sueño tenían un incremento de 0,24 centímetros cúbicos en el volumen del hipocampo, una región cerebral fundamental para la memoria, en comparación con quienes no reportaban problemas. Además, cada interrupción adicional del sueño se asoció con un aumento de 0,006 centímetros cúbicos en dicha región.

Los investigadores vincularon estos hallazgos con la reducción de oxígeno durante el sueño, lo que podría explicar las alteraciones cerebrales observadas.

Importancia de la detección temprana

Ramos subrayó la necesidad de realizar estudios que inicien en etapas más tempranas, como la mediana edad, para comprender mejor cómo la apnea y otros trastornos del sueño afectan al cerebro.

“Es crucial identificar y tratar estos problemas de manera oportuna para mitigar el riesgo de demencia, especialmente en poblaciones más vulnerables”, concluyó el especialista.