Asociación pide exhumar restos de Trujillo del cementerio de Madrid

La asociación argumenta que el patrimonio público no debe destinarse al mantenimiento de un panteón dedicado a un dictador y exige una declaración institucional en memoria de las Mirabal, condenando los crímenes del régimen.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) solicitó al Gobierno de España iniciar los trámites para retirar los restos del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo del cementerio de El Pardo-Mingorrubio, donde han permanecido desde 1970.

La petición coincide con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal, ordenado por el régimen de Trujillo. 

La asociación argumenta que el patrimonio público no debe destinarse al mantenimiento de un panteón dedicado a un dictador y exige una declaración institucional en memoria de las Mirabal, condenando los crímenes del régimen.

El cementerio, ubicado en terrenos de Patrimonio Nacional cedidos al Ayuntamiento de Madrid, también alberga los restos de Francisco Franco, exhumados en 2019 del Valle de los Caídos. 

La ARMH insiste en que mantener los restos de Trujillo en un espacio público es incompatible con los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos.

En este cementerio, próximo a la capital, no solo está enterrado Franco desde octubre de 2019 tras ser exhumados sus restos mortales del Valle de Cuelgamuros, y Trujillo, también lo está está otro conocido caudillo latinoamericano, el cubano Fulgencio Batista, que fue destituido tras la revolución de Fidel Castro.

Leónidas Trujillo está enterrado en un mausoleo de mármol negro con una única leyenda: «Familia Trujillo«, ya que allí están los restos del tirano que dirigió la República Dominicana durante tres décadas (1930-1961) y de su hijo Ramfis.

Fue enterrado ahí en 1970, nueve años después de su asesinato, en mayo de 1961 en santo Domingo, y tras un azaroso periplo.

Tras un intento infructuoso de llevarlo a la isla de Guadalupe a bordo del yate «Angelita», el cadáver del dictador pasó por Santo Domingo, por la ciudad costera de Barahona y nuevamente por la capital antes de ser transportado en un avión de Pan American Airways a París, donde fue sepultado en el cementerio de Pére Lachaise, famoso por sus tumbas de artistas.

Pero al cabo de unos años, Ramfis falleció «tras un aparatoso accidente automovilístico» en Madrid, donde se había instalado, y la viuda del dictador, María Martínez, decidió exhumar los restos del dictador y trasladarlos a Madrid para que estuviera junto a su hijo.