Al menos 161 personas murieron en el atentado suicida perpetrado el jueves por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el aeropuerto de Kabul, según el último recuento de varias fuentes sanitarias, aunque se desconoce aún la cifra oficial.
Solo el hospital Wazir Akbar Khan de la capital afgana ha recibido 145 cuerpos sin vida tras el atentado en el aeropuerto de la capital, y medio centenar recibe atención con heridas graves, afirmaron este viernes a Efe fuentes sanitarias.
Las explosión tuvo lugar a media tarde, y pronto se divulgaron en las redes sociales imágenes de decenas de cuerpos ensangrentados y mutilados en un canal con agua situado en la periferia del aeródromo, donde muchos civiles llevaban días intentando que las fuerzas de seguridad se apiadasen de ellos y les permitieran entrar.
Horas más tarde, la rama afgana del grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó el ataque perpetrado por uno de sus combatientes, que logró pasar inadvertido a través de los controles de seguridad «de las fuerzas estadounidenses y de la milicia talibán alrededor de la capital».
El principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, condenó «enérgicamente el ataque a civiles en el aeropuerto de Kabul, que tuvo lugar en una zona donde las fuerzas estadounidenses son responsables de la seguridad».
Se trata del primer ataque de este tipo desde que los talibanes tomaron el control del país el pasado 15 de agosto con la toma de la capital afgana, pese a los rigurosos controles de seguridad de los islamistas en toda la ciudad.