Ayuda internacional, clave en la lucha contra incendios que devastan Chile

Chile- La ayuda internacional llegada desde distintos puntos de Latinoamérica, Estados Unidos y España se ha convertido en pieza esencial para combatir los incendios forestales aún en activo de Chile, que en apenas una semana han segado la vida de 16 personas, arrasado más de 366,000 hectáreas, en su mayoría de bosque, y causado más de 5,500 damnificados, convirtiéndose en los más devastadores en décadas.

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Los últimos en llegar han sido los bomberos ecuatorianos, que aterrizaron anoche en el país y esta misma mañana comenzaron su actividad. Conociendo el terreno asignado por las autoridades locales en la región central de Biobío, epicentro de la tragedia, y diseñando el mejor plan de acción.

Efectivos

Se trata de 55 efectivos altamente especializados, procedentes de los servicios de emergencia de Quito y varias regiones, que han sido recibidos con alivio y alegría por una población cansada tras una semana de llamas intensas y desolación por la pérdida, en muchos casos, del trabajo de toda una vida.

También se espera que este viernes llegue un nuevo avión contra incendios, contratado por una fundación cercana a una de las familias más ricas de Chile, y se sume al Tanker 10 enviado desde Estados Unidos, que estuvo parado los dos últimos días por un problema mecánico.

Incendios

hile vuelve a hacer frente a una ola de incendios devastadores. Todos los años, con la llegada del verano austral, el país se enfrenta al fuego en diferentes puntos de su geografía. Pero este año está siendo especialmente desastroso en la zona centro-sur del país, con las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía como las más afectadas.

De acuerdo con el último balance ofrecido por la Policía de Investigaciones, más de 20 personas han muerto a causa de los incendios y el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) cifra en 3.276 los damnificados y en 1.159 las viviendas destruidas. Se estima que se han quemado más de 700.000 hectáreas de terreno, lo que ha obligado al gobierno a declarar el estado de catástrofe en las zonas más afectadas.