Biden va por traficantes de armas en plan contra el crimen

El presidente Joe Biden anunció el miércoles nuevas medidas para frenar una creciente ola nacional de crímenes violentos, declarando que el gobierno federal está “enfrentándose a los malos actores que están haciendo cosas malas a nuestras comunidades”. Pero persisten interrogantes sobre la eficacia de esas acciones en el que podría ser un verano turbulento.

Los índices de criminalidad han aumentado luego de haber caído significativamente en los primeros meses de la pandemia de coronavirus, y están creando dificultades económicas y ansiedad. El plan de Biden se enfoca en dar dinero a las ciudades que necesitan más presencia policial, en ofrecer apoyo a la comunidad y, sobre todo, en combatir la violencia con armas y a los que suministran armas de fuego ilegales.

“Estos mercaderes de la muerte están quebrantando la ley para obtener ganancias”, dijo Biden. “Si usted vende deliberadamente un arma de fuego a alguien que no está autorizado para tenerla, mi mensaje para usted es este: Lo encontraremos e iremos tras su licencia para vender armas. Nos aseguraremos de que no pueda vender muerte y caos en nuestras calles”.

Sin embargo, también están en juego políticas muy espinosas, y el plan de Biden muestra las pocas opciones que tiene el presidente demócrata en este tema.

Las medidas que el mantadario esbozó están dirigidas a ir tras los traficantes de armas que violan la ley federal, y a establecer fuerzas de choque en varias ciudades para ayudar a frenar el tráfico de armas. Biden también dijo que buscaría destinar más fondos para la agencia que rastrea las armas de la nación.

Pero el resto de su nueva estrategia se reduce más que a nada a recomendaciones para las localidades asediadas. Está alentando a las ciudades a invertir una parte de sus fondos de ayuda contra el COVID-19 en la vigilancia policial y está impulsando medidas alternativas de reducción de la delincuencia, tales como un mayor apoyo a la comunidad y trabajos de verano para los adolescentes, quienes a menudo son blancos de la violencia o sus autores.

Pero todo ello es voluntario.

El presidente ha dejado claro que se opone al movimiento para “desfinanciar a la policía”, el cual ha sido utilizado eficazmente contra otros demócratas para dar la impresión de que son contrarios a la vigilancia policial.

“Este no es el momento para darle la espalda a las fuerzas de seguridad”, señaló Biden, y apuntó que “históricamente la delincuencia aumenta durante el verano, y conforme emergemos de esta pandemia el tradicional repunte veraniego podría ser incluso más pronunciado de lo que suele ser”.