Mientras continúa la búsqueda del asesino del director general de UnitedHealthcare, Brian Thompson, los investigadores se enfrentan a una dicotomía tentadora: tienen montones de pruebas, pero el pistolero sigue siendo un enigma.
Lo han visto sonriendo en una cámara de seguridad de un hostal, pero no saben su nombre. Encontraron la mochila que descartó mientras huía, pero no saben a dónde se ha ido.
La policía no sabe quién es, dónde está, ni por qué lo hizo, aunque están seguros de que fue un ataque dirigido en lugar de un acto aleatorio.
"La red se está cerrando", dijo el sábado el alcalde de la Ciudad de Nueva York, Eric Adams.
Horas después de que hablara, se vio a buzos de la policía buscando en un estanque en Central Park, donde el asesino huyó después del tiroteo. Los oficiales han estado inspeccionando el parque durante días en busca de cualquier pista posible y encontraron su bolsa allí el viernes.
El alcalde Eric Adams aseguró que “la red se está cerrando”, mientras los investigadores recaban pistas tecnológicas y rastrean al sospechoso por la ciudad.
En una ciudad acostumbrada a la constante agitación, pocos casos logran estremecer tanto como el asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, en Manhattan.
En las primeras horas del día, mientras se dirigía a un evento, Thompson fue abatido en un ataque que los fiscales califican como premeditado y que ha captado la atención no solo de Nueva York, sino también de todo el país.
El modus operandi del atacante, el uso de balas con inscripciones simbólicas y su cuidadoso plan de escape, han añadido capas de misterio y especulación al caso.