Cuando comer se convierte en un lujo en Haití

Puerto Príncipe, EFE.- La miseria y el hambre ganan terreno en Haití, un país en el que comer lo suficiente se ha convertido en todo un lujo y donde la inseguridad alimentaria afecta a 4,9 millones de personas de una población de algo más de 11 millones.

En medio de una crisis sociopolítica y económica sin precedentes, cada vez más personas viven en extrema pobreza y ello se traduce en una mayor inseguridad alimentaria que se ensaña con dos grupos: los niños y quienes han tenido que irse de sus casas y alojarse en campos de refugiados ante la violencia de las bandas armadas.

LOS CAMPAMENTOS, ESCENARIOS DE HAMBRE

Este es el caso de Rouseline Cénat Joseph, quien vive junto a su marido en un campamento en la comuna de Delmas, en Puerto Príncipe.

"Alimentarnos es muy difícil. Si tenemos suficiente comemos los dos, si no compartimos lo que poco que tenemos. A veces pasamos un día entero sin tomar nada. Es mediodía y aún no hemos comido. No sabemos si vamos a poder hacerlo", se lamenta a EFE Rouseline, quien afirma que tampoco es fácil encontrar agua en este lugar.

Esta mujer prefirió separarse de su único hijo para evitar traerlo a este campo de desplazados, abandonado por las autoridades y prototipo de los que abundan por todo Haití.

La miseria aquí es palpable. Más de 300 personas viven en condiciones inhumanas y una precaridad extrema, en medio de chinches y víctimas de la sarna, el sarampión…ante lo que Rouseline pide que las autoridades hagan algo.

De ello también se queja a EFE Chrispin Jean Ewil, cooperante en Delmas: "En términos de seguridad alimentaria, la situación es realmente difícil. Están desesperados. Ningún responsable se ocupa de proporcionarles comida. Duermen en malas condiciones".

"Hoy en día en Haití es imposible comer lo suficiente, por no hablar de comer de forma sana. La situación es difícil, de miseria. La gente pasa hambre", subraya Ewil.