El Gobierno cubano anunció un decreto que obliga a las empresas privadas, extranjeras y otras entidades de alto consumo a producir el 50 % de la energía que utilizan durante las horas de mayor demanda para el año 2028.
La medida, publicada en la Gaceta Oficial, busca aliviar la crisis energética que afecta al país, caracterizada por apagones que en algunas regiones alcanzan hasta 20 horas diarias.
El decreto también incluye a trabajadores autónomos, ONG, empresas estatales y cooperativas que registren un consumo mensual promedio igual o mayor a 30 megavatios hora o 50,000 litros de combustible.
La normativa forma parte de las acciones emprendidas por Cuba para enfrentar la prolongada crisis económica y energética que afecta a la isla.
También se prohíbe el uso de aires acondicionados por debajo de los 24 grados Celsius en establecimientos mercantiles, estatales o privados, sean o no altos consumidores.
Las multas por incumplir con las medidas de ahorro pueden llegar a los 15,000 pesos cubanos (625 dólares, al cambio oficial para empresas).
El Gobierno, por otra parte, podrá decretar un "régimen especial de contingencia eléctrica" cuando la generación no pueda satisfacer la demanda, algo que sucede a diario desde hace meses.
De ser declarado el llamado régimen de contingencia, se establecerán medidas como la paralización de hornos eléctricos; la desconexión de los "frigoríficos, equipos de refrigeración y cámaras frías (…) siempre que no se afecte el estado de los productos"; la paralización del bombeo de agua a las viviendas en los momentos de máximo consumo y el mantenimiento de los aires acondicionados a 25 grados Celsius.
La crisis energética, enquistada con altibajos desde hace años en Cuba, se ha agravado de forma notable desde finales de agosto.
En el último mes, Cuba ha registrado tasas de déficit eléctricas por encima del 50 %. Además, el país ha sufrido dos colapsos totales del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
El SEN cubano se encuentra en una situación muy precaria por la carencia de combustible -fruto de la falta de divisas para importarlo- y las repetidas averías de las obsoletas centrales termoeléctricas del país, con más de 40 años de explotación y déficit crónico de inversión y mantenimiento.
Los frecuentes apagones lastran la economía -que ya se contrajo un 1,9 % en 2023- y atizan el descontento social, visible en la migración masiva de los últimos años y en las inusuales protestas que se han registrado desde 2021 en el país.