David Bowie: ¿Es ‘Let’s dance’ un disco maldito, como cree Nile Rodgers?

El fallecimiento de David Bowie, el 10 de enero de 2016, no hizo sino reafirmar la teoría de Nile Rodgers: “Let’s dance está maldito”. Estas sorprendentes declaraciones del legendario músico, pocos días después de la muerte del Duque Blanco, no fueron causadas por la conmoción del momento. Llevaba tiempo pensándolo y así lo había reflejado en su libro autobiográfico de 2011. Al mismo tiempo, el co-fundador de Chic, también cree que Let’s dance le cambió la vida… y para bien.

En 1982, David Bowie sustituyó a Tony Viscoti por Nile Rodgers para que se encargara de parte de la producción de su nuevo álbum. Quería más entusiasmo y optimismo en su música, y el hombre que le ayudó en esa transición fue el pionero de la música disco en los 70’s. Los dos genios se habían conocido en un club de Nueva York y después de una prolongada charla se dieron cuenta de lo mucho que tenían en común.

Nile cuenta que un día Bowie le mostró una fotografía de Little Richard vestido con un traje rojo mientras entraba en un brillante Cadillac también rojo, y que le dijo: “Nile, querido, así es como quiero que suene mi álbum”. Modern love, China girl o Let’s dance fueron algunas de las producciones de Rodgers para el álbum de Bowie, el más vendido en su carrera.

La teoría de la maldición

Sin embargo, Nile Rodgers siente que es un disco maldito. Ya lo había escrito en 2011, en su libro de memorias Freak: An uside down story of family, disco and destiny. “En mi autobiografía hablo de la maldición de Let’s dance“, declaraba el músico neoyorkino al periódico británico The Metro, una semana después de la muerte de Bowie.

Esta teoría de Rodgers, supuestamente se corroboró tras el fallecimiento del legendario cantante. Su muerte se sumaba a la algunos de los músicos relevantes que habían participado en las sesiones de grabación de Let’s dance: Tony Thompson, Stevie Ray Vaughan y Bernard Edwars (co-líder de Chic).

 

David Bowie, junto a Otis Blackwell y Nile Rogers, en la gala de entrega de unos premios en 1983. / Walter McBride/Corbis via Getty Images

Stevie Ray Vaughan, guitarrista principal del álbum de Bowie, falleció en Agosto de 1990. El virtuoso guitarrista de blues texano, murió en accidente aéreo a los 35 años. Bowie le había descubierto en el Festival de Jazz de Montreux de Suiza en 1982. Tras su actuación, se quedó muy impresionado: “Me ha dejado completamente derrumbado. Probablemente no me había sentido tan entusiasmado con un guitarrista desde que vi a Jeff Beck con su banda”. Su participación en Let’s dance supuso un trampolín para su carrera.

Bernard Edwars, el co-fundador de Chic junto a Nile Rodgers, fue también uno de los músicos que participaron en las sesiones de grabación. Considerado uno de los mejores bajistas de todos los tiempos, murió en 1996 en Tokio, después de un concierto de Chic en la capital japonesa. Tenía 43 años.

Tony Thompson (Power Station, Chic) se encargó de la batería en el decimoquinto álbum de Bowie. Falleció en 2003, como consecuencia de un cáncer de riñón, a los 48 años.

Nile Rodgers: “Let’s dance cambió mi vida”

Maldito o no, lo cierto es que Let’s dance cambió la vida de Nile Rodgers. Así lo aseguraba en la revista Time en Enero de 2016: “Trabajar en Let’s dance fue probablemente la mejor experiencia de mi vida, porque la cambió totalmente. Fue unas semanas después de que mi sello me hubiera despedido… Chic se había separado, yo había tenido seis discos fallidos consecutivos. En ese punto de mi carrera, me había acostumbrado a tener grabaciones de éxito. No podía entender que seis discos consecutivos, todos ellos, hubieran fracasado. David y yo formamos un equipo. Éramos los dos frente al mundo. Nunca me sentí más querido; nunca sentí que una persona confiara tanto en mí. Hice Let’s dance en 17 días, de principio a fin”.

Rodgers no recuerda que le hubiera dado su número de teléfono a Bowie esa noche que le conoció en un club neoyorkino. Pero debió hacerlo porque le llamó a su casa, y lo hizo “en ese momento de mi vida en el que era ‘persona non grata’. Cuando nadie hubiera trabajado conmigo porque la música disco había languidecido, este tipo, que estaba considerado uno de los más grandes e innovadores del rock, me eligió. Nadie quería trabajar conmigo, nadie quería colaborar conmigo. Hicimos el mejor disco de su carrera: Let’s dance”.

Nile Rodgers (izquierda) y Lady Gaga, durante el tributo a David Bowie en los Grammy de 2016. / Photo by Kevork Djansezian/Getty Images

Y sin duda, para Nile hubo un antes un después de esa producción: “Después de Last dance, cada disco que hice fue un éxito. Produje a INXS, a Duran Duran (The réflex, el disco mejor de su carrera), después Like a Virgin de Madonna. David Bowie cambió mi vida”.

Fuente Original: Los40.com