El hielo marino de la Antártida se situó en mínimos históricos en 2022

Ginebra (EFE).- La extensión del hielo marino en la Antártida retrocedió a mínimos históricos en 2022, un año en el que el cambio climático “siguió avanzando”, advirtió hoy en su nuevo informe sobre el estado del clima global la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Este hielo marino antártico disminuyó hasta ocupar una extensión de solo 1,92 millones de kilómetros cuadrados el 25 de febrero de 2022, el nivel más bajo del que se tiene constancia y casi un millón de kilómetros cuadrados por debajo de la media de los últimos 30 años, según el informe presentado en la víspera del Día de la Tierra.

En el otro extremo del planeta, los mares de Laptev, Beaufort y Ross, en el Ártico, así como las aguas al norte de la isla de Svalbard, sufrieron “graves y extremas olas de calor marinas”, en algunos casos por segundo año consecutivo, según subrayó la agencia de Naciones Unidas.

El hielo marino ártico alcanzó una extensión máxima anual de 14,59 millones de kilómetros cuadrados en marzo, 440.000 kilómetros cuadrados por debajo de la media de los últimos 30 años, y un nivel mínimo de 4,87 millones de kilómetros cuadrados en septiembre, 710.000 kilómetros cuadrados por debajo del promedio.

2022 fue el quinto o sexto año más cálido en los registros

2022 fue el quinto o sexto año más cálido desde que se tienen registros, con una temperatura 1,15 grados por encima de la media de los niveles preindustriales (1850-1900), según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

En el pasado año el cambio climático continuó avanzando, por lo que “sequías, inundaciones y olas de calor afectaron a comunidades de todos los continentes, ocasionando pérdidas por valor de miles de millones de dólares”.

La quinta o sexta posición -el puesto varía, ya que se utilizan en las comparaciones seis registros históricos del clima de diferentes agencias- se dio incluso, aunque 2022 estuvo influido por el fenómeno climático de La Niña, normalmente asociado a un enfriamiento del planeta y que se prolonga desde hace tres años, una duración extremadamente rara.