Esposa de Sergio Carlos dice ella es una prueba de que los milagros existen

Santo Domingo. – Gabriela Arriaza, esposa del comunicador Sergio Carlos aseguró que ella es una prueba de que los milagros existen, tras su recuperación luego de ser intervenida con cirugía cerebral.

Arrianza se ha mantenido publicando videos relacionados con su proceso de salud y explica cómo ha ido mejorando. Además de agradecer a quienes han estado ahí para ella.

“Gracias por sus oraciones, cálidos deseos y pensamientos ante esta situación tan aterradora” dijo Gabriela.

Exhortó a sus seguidores que si conocen a alguien con síntomas similares a los que ella presentó como depresión, frustración y cansancio, que no lo ignore ni lo menosprecie.

Aseguró que si no fuera por su hermana gemela y su madre no estaría viva para poder compartir esta historia.

Asimismo, agradeció a los médicos, estudiantes, terapeutas y a todo el personal que garantizó su supervivencia “estoy aquí gracias a todos ustedes” dijo.

“Ninguna persona es una isla, todos necesitamos ayuda de vez en cuando y siempre estaré agradecida de mi familia que intervino cuando más lo necesitaba” puntualizó a través de sus redes sociales.

Intervenida

Gaby explicó su proceso antes de ser sometida a cirugía.

Gabriela dijo que para ella es importante compartir su historia con la esperanza de que alguien no sea mal diagnosticado.

Reveló que hace varios meses empezó a presentar dolores de cabeza, depresión, cansancio, frustración, vómitos, y una abrumadora sensación de estar loca.

Estrés

Dijo que mientras estuvo en República Dominicano se dirigió a siete médicos y le dijeron que tenía estrés y que estaba abrumada.

“Me dieron medicamentos contra la depresión y contra la ansiedad y que esto me ayudaría. Poco tiempo después comencé a sentir que tenía el lado izquierdo de mi cuerpo adormecido y se me hizo difícil tragar” expresó.

Más adelante, estando en Atlanta le manifestó a los médicos y enfermeras que no había dormido durante cuatro días. Así como tragado, ni tomado agua, alimentos y, ni siquiera su propia saliva.

Luego se fue a Oregón, donde los médicos descubrieron que las cosas no andaban bien e inmediatamente la hospitalizaron hasta llegar a la cirugía cerebral, de la cual ya se encuentra estable.