Estados Unidos apuesta por destructores para defender los mares

Los griegos creían que quien domina los mares tiene el poder del mundo. Esto lo sabe Estados Unidos, que este sábado puso en activo un nuevo barco destructor, el USS Carl M. Levin.

Es similar a los que tiene en la base de Rota (España) y que constituye la septuagésima embarcación de este tipo de su Armada.

En una ceremonia en el puerto de Baltimore (Maryland) se comisionó hoy este barco, cuyo destino es Pearl Harbor, en Hawái, en primera línea de la costa estadounidense del Pacífico, donde el principal adversario del país norteamericano es China, que cuenta con la mayor fuerza naval del mundo.

EFE pudo recorrer este destructor, una mole con un desplazamiento (peso) de 9.496 toneladas; 509,5 pies (unos 155,2 metros) de eslora y una manga máxima de 59 pies (18 metros), con capacidad para llevar a cabo operaciones en todo el mundo.

El día amaneció lluvioso y los marineros se afanaban en ultimar los detalles para que todo estuviera listo. El comandante Kelly Craft detalló a la prensa que este tipo de embarcación está preparada para enfrentarse a peligros en la superficie, bajo el agua o provenientes del aire.

Durante los meses previos a su puesta en activo, los marineros se han centrado en labores de entrenamiento y preparación ante un futuro despliegue y, como explicó Craft, básicamente en crear un equipo cohesionado.

Según el Registro de Barcos Navales, el inventario oficial de embarcaciones en poder de la Armada de EE.UU., el país tiene una flota de 297 naves militares, de las que 240 están en activo.

De esos navíos, los más numerosos son los barcos de combate de superficie (117 de los que 113 están en activo), donde están incluidos los destructores, los cruceros y las fragatas, cuya labor principal es de escolta.

Como un crucero es más pesado y costoso, las fuerzas navales modernas suelen apoyarse más en los destructores y fragatas: los primeros son más multifunción y de mayor tamaño, mientras que los segundos normalmente tienen menos armamento y son más lentos.

En los tres casos los barcos están destinados a unirse a un «grupo de ataque», que suelen estar compuestos por un portaviones junto con al menos un crucero o dos destructores o dos fragatas y entre 65 y 70 aviones, aunque a veces pueden incluir otros activos como submarinos.

Su misión es escoltar y defender al grupo de ataque, y para ello destructores como el USS Carl M. Levin están pertrechados con sistemas de misiles guiados.

En la popa del USS Carl M. Levin se encuentra «Alicia», como los soldados han apodado el arma de calibre de 5 pulgadas/54 (de 127 milímetros) Mark 42 y que, según explicó a los periodistas uno de los encargados de su mantenimiento, Erik Nieto, puede abatir aviones y misiles del enemigo.

«Alicia», que tiene un rango de 23,7 kilómetros, dispone de una caña apoyada en un cubículo, que se eleva sobre la cubierta del destructor.

Al lado de esta pieza se encuentra a ras del suelo el sistema de lanzamiento vertical Mark 41, consistente en una cuadrícula de color blanco donde se almacenan misiles, aunque también se pueden disparar desde allí.

Craft, el comandante, resumió que el USS Carl M. Levin, que ha sido bautizado en honor del fallecido senador con el mismo nombre.

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«Podemos defendernos de misiles balísticos, con lo que podemos disparar hasta muy lejos, o usar nuestras armas y abatir (adversarios) más cerca», remarcó.

Normalmente los marineros asignados a un destructor suelen pasar entre tres y cinco años en su posición, por lo que se acaba desarrollando «una familia de 300 miembros a bordo», dijo Craft.

«Esto va de trabajar juntos -siguió-, comprenderse los unos a los otros y tomar apego al barco donde vives, comes, duermes… Es simplemente parte de tu vida».

La camaradería es fundamental, comentó otro de los marineros, quien aseguró que los soldados se dan apoyo los unos a los otros y a bordo siempre hay cosas que hacer.

En los ratos libres pueden disfrutar de videojuegos, la biblioteca o entretenerse con los ordenadores.

En esa tripulación de tres centenares normalmente suele haber entre un 20 % y un 25 % de mujeres, como la contramaestre de primera clase Heather Bassett, que entre otras tareas se ocupa del manejo del ancla y de las operaciones de los botes.

«Veo a muchas mujeres aquí y esto me hace sentirme orgullosa de servir junto a otras mujeres, así como con hombres», destacó Basset en uno de los flancos del destructor junto a una lancha en cubierta.

Con el lema «tenaz en la lucha», este destructor de la clase Arleigh Burke, «la espina dorsal» de la flota de superficie de EE.UU., entra en fase activa.

Eso, después de que culminara su construcción en un astillero en Maine en 2021 y fuera entregado a la Armada en enero de 2023.