Estados Unidos presenta nueva embajada en México en medio de la incertidumbre por Trump

Trump ha amagado con cerrar la frontera, hacer deportaciones masivas, castigar el comercio con aranceles del 25% y supeditar la cooperación entre ambos países a la contención del narcotráfico y la crisis migratoria.

Más de 49.000 metros cuadrados de construcción, 1.200 millones de dólares de inversión y 1.400 empleados. Estados Unidos presentó este martes el ambicioso proyecto de su nueva embajada en Ciudad de México, justo en un momento de plena incertidumbre en la relación bilateral por la llegada al poder de Donald Trump.

El embajador Ken Salazar, que tiene previsto dejar su puesto el próximo 7 de enero, aprovechó la ceremonia en la nueva sede ubicada entre las calles Moneda y Calzada Legaria, en la colonia Irrigación —en el poniente de Ciudad de México—, para mandar el mensaje de que los lazos entre ambos países son sólidos y perdurarán pese a las crisis, las tensiones recurrentes y el momento político en Washington y el mundo. “Estamos más unidos que nunca”, afirmó el diplomático.

“La visión de dividir, de hacer muros, de ver inferior a otra gente, esa no es nuestra visión”, señaló Salazar, en referencia implícita al cambio de poder en su país. “Nuestra visión es tener socios iguales y hacer una familia”, agregó el embajador. Sus declaraciones surgen en un terreno lleno de incógnitas.

Trump ha amagado con cerrar la frontera, hacer deportaciones masivas, castigar el comercio con aranceles del 25% y supeditar la cooperación entre ambos países a la contención del narcotráfico y la crisis migratoria.

Al mismo tiempo, tras la derrota de los demócratas en las elecciones de noviembre pasado, el Gobierno mexicano ha concentrado sus esfuerzos diplomáticos en trazar su estrategia frente al próximo presidente de Estados Unidos, lo que ha marginado a la Administración de Joe Biden y a Salazar ―“patos cojos”― a un segundo plano.

En horas bajas para la relación bilateral y la cooperación, Salazar sacó pecho del camino recorrido y echó mano de los símbolos para enviar la señal de que las turbulencias pueden superarse. “Nuestra apuesta está en Norteamérica”, señaló sobre la decisión de abrir la mayor sede diplomática de Estados Unidos en territorio mexicano.

William Moser, el funcionario a cargo de las sedes diplomáticas estadounidenses, dijo que la embajada, construida en el terreno de una antigua fábrica de Colgate-Palmolive, será la casa de su país para “los próximos 75 años”, otro símbolo aprovechado por Salazar para reforzar su mensaje.

“Más allá de la diplomacia, será un lugar para que nuestras naciones se conozcan mejor, se comprendan más a fondo y construyan un futuro compartido”, señaló la legación en un comunicado.

El acto tuvo aires de despedida, tras el paso de Salazar de tres años y la llegada del ex boina verde Ron Johnson, la propuesta de Trump para sustituirlo, prevista para los primeros meses de 2025. La ceremonia contó con presentaciones del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández y de los artistas mexicoestadounidenses Jesse y Joy, así como con la presencia de pesos pesados del sector empresarial, altos funcionarios y representantes del Gobierno de México.

No fue estrictamente una inauguración porque el recinto aún no está en funcionamiento, aunque se espera que la apertura sea en los próximos meses.