Según expertos reunidos en foro en Honduras, Centroamérica necesita aprovechar todas las tecnologías disponibles y desarrollar planes que permitan la adaptación y resiliencia ante la crisis climática, evitando así poner en riesgo la producción de alimentos.
Las sequías prolongadas y las lluvias intensas son algunos de los efectos que la crisis climática está causando en la región.
Alejandro Hernández, investigador y director de Biotecnología de CropLife Latin America en Costa Rica, advirtió que se requieren “urgentemente” soluciones para enfrentar este fenómeno que avanza con rapidez e intensidad.
Hernández destacó que al “mejorar el ecosistema agrícola”, los países pueden obtener cultivos “más resilientes”, es decir, aquellos que toleran mejor la sequía y las inundaciones.
Las nuevas tecnologías están logrando esa resiliencia en menos tiempo, permitiendo a los agricultores acceder a “semillas y cultivos que pueden tolerar mejor” las consecuencias del cambio climático.
El corredor seco de Centroamérica enfrenta “grandes períodos de sequía o exceso de agua”, lo que afecta “enormemente” la producción agrícola, enfatizó el experto.
Se estima que en la región se pierde hasta un 20 % de la productividad agrícola debido a estos fenómenos, lo que, según Hernández, provoca “grandes olas de migración”.
Para adaptarse al cambio climático, los agricultores deben integrar la tecnología en sus prácticas y desarrollar estrategias agrícolas que incluyan la renovación de cultivos, la incorporación de materia orgánica y la mejora del suelo.
Asimismo, recordó que los ministros de Agricultura de los países del G20 se comprometieron a garantizar la seguridad alimentaria global mediante prácticas de producción agropecuaria sostenibles.
Hernández aseguró que “no hay una única manera de hacer las cosas”, por lo que es fundamental que los países busquen el enfoque más adecuado, integrando diferentes elementos de la agricultura (convencional, ecológica, biológica y tecnológica) para enfrentar el impacto de la crisis climática y “no caer en problemas de seguridad alimentaria”.
Luis Berrios, presidente del Colegio de Profesionales en Ciencias Agrícolas de Honduras, mencionó que la humanidad “no tiene conciencia” sobre los efectos del cambio climático y debe cuidar los recursos naturales.
“Necesitamos ponerle los ojos al cambio climático, de lo contrario, cada día que pasa, el mundo seguirá enfrentando más problemas relacionados con la vida de los seres humanos, las plantas y los animales”, enfatizó.
Berrios también subrayó la necesidad de crear soluciones, como incorporar más variedades de semillas, para “producir en mayor cantidad y mejor calidad los alimentos” que se requieren.
Explicó que es crucial conocer las alternativas, como las variedades de maíz y frijol, en qué climas pueden desarrollarse, cuánta agua necesitan y si realmente se tienen las condiciones adecuadas para producir.
Insistió en que la región debe enfocarse en “variedades resistentes” a los efectos de la crisis climática y llamó a la población a tomar conciencia sobre la protección de las plantas, el agua y el suelo.
Según Berrios, el principal desafío es producir alimentos con semillas “más resistentes” a la sequía y las plagas, de buena calidad y a bajo costo, mejorando también las condiciones de los productores en la región