La hipertensión en el embarazo es una complicación que afecta entre el 5% y el 10% de los embarazos.
Esta condición se clasifica en cuatro categorías: hipertensión crónica, hipertensión gestacional, preeclampsia y eclampsia.
La hipertensión crónica es la hipertensión que ya existía antes del embarazo o que se diagnostica antes de las 20 semanas de gestación. La hipertensión gestacional es la hipertensión que se desarrolla después de las 20 semanas de gestación en mujeres que no tenían hipertensión previa.
La preeclampsia es una complicación grave que se caracteriza por hipertensión y daño a uno o más órganos, como los riñones o el hígado.
La eclampsia es una complicación aún más grave que se caracteriza por convulsiones en mujeres con preeclampsia.
La hipertensión en el embarazo puede tener graves consecuencias para la salud de la madre y el feto, como parto prematuro, bajo peso al nacer, problemas de crecimiento fetal y muerte fetal. Por lo tanto, es importante que las mujeres embarazadas se sometan a controles regulares de la presión arterial y que informen a su médico si experimentan síntomas como dolor de cabeza, dolor abdominal, visión borrosa o hinchazón.
El tratamiento de la hipertensión en el embarazo depende del tipo de hipertensión y de la gravedad de la misma. En algunos casos, puede ser necesario hospitalizar a la madre para controlar la presión arterial y proteger la salud del feto. Además, es posible que se necesiten medicamentos para reducir la presión arterial y prevenir complicaciones.
En resumen, la hipertensión en el embarazo es una complicación grave que puede tener graves consecuencias para la salud de la madre y el feto.
Es importante que las mujeres embarazadas se sometan a controles regulares de la presión arterial y que informen a su médico si experimentan síntomas como dolor de cabeza, dolor abdominal, visión borrosa o hinchazón.
Si se diagnostica hipertensión en el embarazo, es importante seguir las recomendaciones del médico y recibir tratamiento adecuado para proteger la salud de la madre y el feto.
Por: Doctor Roggers De la Rosa