La ‘Generación Z’ también bebe alcohol, como sus ‘predecesores’

Madrid, -El consumo de alcohol entre los jóvenes de la generación Z entre 14 y 18 años ha descendido ligeramente.

Los datos indican que el 41 % de los estudiantes ha hecho botellón en el último año y más de la mitad ha bebido alcohol en ese mismo periodo. Por mucho que haya jóvenes que prefieran no salir o quedarse en casa a jugar en Internet.

Aunque los datos no son malos porque no aumentan los consumos e incluso descienden ligeramente, el experto en alcoholismo y jefe de Psiquiatría del hospital 12 de Octubre, Gabriel Rubio, recuerda que no hay motivos para el optimismo porque la ingesta de alcohol en la adolescencia sigue siendo un problema que, a su juicio, está demasiado tolerado tanto socialmente como por los progenitores.

Normalización

Este catedrático en Psiquiatría de la Universidad Complutense y experto en alcoholismo fundó la asociación InRecovery, que trabaja en la prevención y contra la normalización del consumo, además de luchar contra la idea “extendida por las alcoholeras” de que beber es saludable.

Un tanto escéptico, este psiquiatra dice que está por ver si esa “pequeña disminución” en el consumo se sostiene en el tiempo o si son fruto de las restricciones de la pandemia, una idea en la que también incide el psicólogo especializado en conductas adictivas en la adolescencia Bruno Cortés, que alerta de que hay quien consume mucho y en forma de atracones.

Que algunos adolescentes se abstengan o beban menos porque tienen otros intereses como sociabilizar a través de las redes sociales o para jugar lo mejor posible a un videojuego no significa, recuerda a EFE ese psicólogo, que en esa franja de edad el consumo de alcohol no sea problemático.

De hecho, avisa el psiquiatra, “los que beben, cada vez beben más” y además en esta generación aparecen “otras conductas complejas”.

Alerta tanto el psiquiatra como psicólogos consultados por EFE de que hay que estar atentos a ambas situaciones, porque el abuso de las tecnologías y de las redes sociales conlleva otros riesgos que van desde la falta de descanso o el sedentarismo hasta la vulnerabilidad, la falta de autoestima o el abandono de las obligaciones como el estudio o la asistencia al colegio.

Los datos: Muchos atracones y chicas que ahora beben más

El 73,9 % de los jóvenes entre 14 y 18 años ha bebido alguna vez en su vida y el 1,6 % lo ha hecho diariamente el último mes.

Durante los últimos 30 días, el 23,2 % se ha emborrachado y el 27,9 % ha bebido cinco o más copas, vasos o cañas de alcohol en un tiempo aproximado de 2 horas (binge drinking o consumo en atracón), un dato que en la última encuesta era superior, hasta el 32,3 %.

Las mujeres beben ya y se emborrachan más que los hombres, según los últimos datos de la encuesta Estudes de 2021, el estudio sobre adicciones que el Ministerio realiza cada dos años para conocer la realidad de los chavales escolarizados.

Y pese a estos datos, según explica el doctor, los adultos no prestan la atención que deberían al consumo de alcohol de sus hijos adolescentes, que según dice en muchas ocasiones va acompañado del consumo de otras sustancias.

“Sí se preocupan de que no vengan intoxicados y de que fruto de esa intoxicación puedan tener un embarazo no deseado o un accidente… Pero el consumo de alcohol en sí preocupa poco porque ellos también tienen normalizado lo de las cervecitas”, dice en referencia a la “mentira” de que el alcohol consumido en pequeñas dosis es bueno.

Los riesgos: Padres que no ponen límites

A juicio del doctor, el “principal riesgo” que tienen los adolescentes hoy en día es estar en una familia donde se normalicen en exceso determinadas conductas como, dice, fumar hachís, celebrar todo con alcohol o no poner límites al uso de las aplicaciones o al juego en Internet.

“A veces falta una familia que genere estructura, que ponga límites, que es lo que necesita cualquier joven en su proceso de crecimiento”, asegura este psiquiatra, que denuncia la prevalencia de jóvenes con problemas de juego que existe en zonas de Madrid como Carabanchel, Villaverde o Usera como consecuencia de que son los lugares donde más casas de apuestas hay.

Fuente: EFE