En cualquier estadio de la Lidom, cuando se grita ¡play ball!, además de los cuatro árbitros por partido, el equipo de revisión desde el Centro de Revisión utiliza una tecnología avanzada para analizar las jugadas cerradas de esta temporada.
En lugar de revisar cada llamada cerrada por cada toma, los encargados emplean un sistema de Inteligencia Artificial (IA) que sugiere los primeros ángulos a considerar, un paso que agiliza el proceso.
Para ello, la empresa Sertel S.A., que proporciona el servicio, instaló cámaras robóticas enfocadas en una base para obtener una cobertura visual de 360 grados. El número de cámaras aumentó de siete a diez, solo dos menos que en la Major League Baseball.
Se utiliza la tecnología Hawk-Eye, que permite una triangulación general del estadio y puede predecir la trayectoria de los batazos. Esta capta las jugadas desde múltiples ángulos simultáneamente, permitiendo que la IA identifique el mejor ángulo de revisión para cada jugada.
Charles Sánchez, presidente de Sertel S.A., dijo que el objetivo de esta tecnología es reducir al mínimo el tiempo entre la revisión de una jugada solicitada por un equipo. Los números indican que ha habido una reducción, aunque Sánchez opina que aún puede mejorarse.
"Cuando el dirigente solicita la jugada en el Centro de Revisión, ya no es necesario retroceder a cada toma. El sistema sugiere el ángulo más claro, con una resolución de imagen mayor", dice Sánchez. "Las capturas para fines de replay se toman en formato 1080 P progresivo".
La Lidom disputa su séptimo torneo con revisión de jugadas, una medida implementada desde el torneo 2018-2019.
Otra novedad es el uso de sistemas de comunicación "IP over ethernet" que mantiene conectados directamente el Centro de Revisión con los diferentes estadios, mejorando la comunicación entre el Centro, los Móviles y el Centro.
Desde el Centro, mientras se juega la última semana de la serie regular del torneo otoño-invernal y las opciones se reducen, el público se enfoca más en cada jugada.
Desde una oficina en el estadio Quisqueya, los árbitros observan los otros partidos de la jornada. Cuando un árbitro recibe la solicitud del dirigente, los jueces llaman al centro, pero ya han comenzado a trabajar varios segundos antes.
Tres monitores de 54 pulgadas, cada uno interconectado con las tres regiones donde se juega el campeonato (más otros cuatro que proyectan hasta 12 tomas, cada uno), reposan en el Centro de Revisión, un espacio de unos 25 metros de largo y 10 de ancho, al que solo acceden los árbitros programados para supervisar cada partido y el técnico que brinda soporte.
Santo Castillo fue trasladado desde el terreno hasta la oficina para actuar como uno de los supervisores. El equipo, compuesto por árbitros de la Lidom, amplía cada toma antes de tomar la decisión, una decisión que debe estar muy clara para ser cambiada.
"Con la mejor visión de las jugadas, tenemos más cámaras para solicitar diferentes tomas, lo que nos lleva a tomar decisiones más rápidas", dice Castillo, quien extraña "un poquito" el terreno después de arbitrar más de 20 años en el torneo.
Berkman Mejía, quien arbitró por casi tres décadas, también ha llevado sus conocimientos del terreno al área de videoarbitraje.
"No es complicado, pero hay jugadas sin clara definición; no podemos decidir lo que no vemos. Tenemos que tomar decisiones aquí, mirando lo que todos ven en televisión. Si no hay clara definición, debemos mantener la decisión original del árbitro", dice Mejía.
Una experiencia que Mejía sí extraña es la adrenalina de estar en el terreno durante las jugadas cerradas. "Claro que se siente la adrenalina del juego… bastante, algunas jugadas elevan la adrenalina, porque uno siempre trata de enfatizar más en esa jugada cuando es muy cerrada", dijo Mejía.