La reelección de Bukele genera inquietud por “profundización” de atropellos en El Salvador

La previsible reelección de Nayib Bukele en la Presidencia de El Salvador en los comicios del domingo, a los que llega sorteando la prohibición constitucional, propiciaría una “profundización” de los atropellos a los derechos humanos, el autoritarismo y los ataques a la prensa, según fuentes consultadas por EFE.

Bukele, que se ha autodenominado «el dictador más cool del mundo mundial» o «filosofo rey» en su perfil de X, es colocado por las encuestas en el primer lugar de la intención de voto, que de materializarse le darían la victoria en primera vuelta con una ventaja insalvable para sus contendientes.

Su popularidad, que a lo largo de casi un lustro se ha mostrado incombustible, se pivota en los logros de seguridad de su «guerra contra las pandillas».

Sostener la reducción de los homicidios, que había comenzado en 2016 tras ser el país más violento del mundo en 2015, y llevarla hasta una tasa de 2,4 por cada 100.000 habitantes y arrebatar el control de los barrios populares a las maras le han valido, de acuerdo con expertos, para esa popularidad.

Sin embargo, su gestión también se ha visto marcada por señalamientos de autoritarismo, concentración del poder, ataques contra activistas y la prensa, secretismo en el gasto público y atropellos de derechos humanos.

Profundización del autoritarismo

De acuerdo con David Morales, de la organización humanitaria Cristosal y exprocurador de Derechos Humanos, la gestión de Bukele se ha caracterizado por «la profundización del autoritarismo y destrucción de la democracia».

Cristosal es una de las organizaciones que ha recibido más de 6.000 denuncias de atropellos a derechos humanos bajo el régimen de excepción, que suspende garantías constitucionales y está vigente desde marzo de 2022, entre ellos detenciones arbitrarias y tortura.

Este régimen, que es la punta de lanza de la estrategia de seguridad de Bukele, ha dejado más de 75.100 detenciones, de las que unas 7.000 personas han recibido libertad condicional.

El Gobierno de Bukele los acusa a todos de ser pandilleros y dice que faltan hasta 20.000 detenciones más.

«Si continúa en la Presidencia, de manera inconstitucional, consideramos que la gestión del gobierno continuará con esta política de violaciones a los derechos humanos», dijo Morales.

Agregó que esto se ve acompañado de «estrategias de propaganda sucia, encaminadas a acosar, hostigar y amenazar a personas y organizaciones que defienden los derechos humanos».

«Su capacidad de haber concentrado el poder y neutralizado los contrapesos democráticos auguran años de mayores violaciones a los derechos humanos», subrayó.

Más ataques a la prensa

Para el relator de la libertad de expresión de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), Gabriel Labrador, de materializarse la reelección también se profundizarían los ataques contra la prensa.

En su informe del 2023, la APES registró un incremento de las vulneraciones a periodistas del 111 % con respecto a 2022 y del 303 % en comparación con 2019, cuando Bukele llegó al poder.

«De materializarse la reelección, hay suficientes razones para pensar que las prácticas nocivas que hemos detectado solo van a profundizarse», dijo Labrador a EFE y agregó que el resultado podría verse como un respaldo a la relación «tirante y hostil» con la prensa.

Para el director de la organización Acción Ciudadana, Eduardo Escobar, la gestión de Bukele se ha caracterizado porque «se desmontó la poca institucionalidad democrática que se venía construyendo».

Dijo a EFE que este desmontaje incluye el acceso a la información pública, la transparencia y la independencia de las instituciones con «respecto al poder político».

Escobar advirtió que con la reelección «se profundizaría este desmontaje» y «nos enfilaríamos a convertirnos en una dictadura en el corto y mediano plazo».

«Estamos en un sistema (político) híbrido, vamos a pasar a uno autoritario que va a derivar en una dictadura», concluyó.

Bukele es el primer presidente de la etapa democrática salvadoreña en aventurarse a la reelección inmediata. Pese a lo que dice la Constitución y a lo que el mismo Bukele decía apenas en 2021.

Esta decisión, dijo el mandatario en septiembre de 2022. Es para que «podamos continuar este camino que hemos iniciado, el camino que por primera vez en nuestra historia ha demostrado ser el correcto».

El último antecedente de una reelección en El Salvador data de la década de los años treinta. Cuando el dictador y militar Maximiliano Hernández Martínez lo hizo e instauró el llamado «Martinato», que duró hasta 1944.