Riad/Jartum (EFE).- El primer barco con 50 ciudadanos procedente de Sudán en el marco de la repatriación que ha empezado Arabia Saudí llegó este sábado al puerto de la ciudad costera de Yeda, a orillas del mar Rojo, en la primera evacuación civil que un país extranjero realiza del país africano en medio del conflicto.
En este primer barco viajaban 50 ciudadanos y varios de otras nacionalidades de “países hermanos”, indicó la cadena de televisión estatal saudí Al Ijbariya, que mostró la llegada de la nave y algunos de los repatriados.
Arabia Saudí ha realizado esta operación de repatriación a través de Port Sudan, en el este del país y situado frente al reino árabe, separado únicamente por el mar Rojo, al que ha llegado por tierra, un camino que también seguirá Jordania, que evacuará a unos 300 de sus compatriotas, según anunció el Ministerio de Exteriores del reino hachemita.
En Sudán, el líder del Ejército sudanés, Abdelfatah al Burhan, admitió este sábado que controlan todos los aeropuertos del país, salvo el internacional de Jartum, el más grande de Sudán, y el de Nyala, en el suroeste, ante los planes de evacuación de los extranjeros y diplomáticos que comenzarán “en las próximas horas”, según el general.
“Todos los aeropuertos están bajo el control del Ejército menos el aeropuerto de Jartum que tiene problemas de seguridad, al igual que el de Nyala”, aseguró el también presidente del Consejo Soberano en una entrevista a la cadena saudí Al Arabiya.
Estas declaraciones se producen después de que Al Burhan diera luz verde a las evacuaciones por vía aérea de las misiones diplomáticas y sus ciudadanos, empezando por Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y China, “en las próximas horas”.
El Aeropuerto Internacional de Jartum se encuentra fuera de servicio desde el primer día del conflicto entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y continúan hoy los combates en las zonas colindantes.
Las FAR clamaron el primer día tener el control del aeródromo, situado en el centro de Jartum, aunque luego el Ejército negó ese extremo.