El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció este miércoles lo que calificó como un "segundo llamado a la guerra civil" en su país, al anunciar la captura de 125 presuntos mercenarios extranjeros de 25 nacionalidades diferentes.
Según Maduro, esta acción es parte de un complot internacional para desestabilizar su gobierno, financiado desde el exterior.
Aunque el mandatario afirmó que las capturas forman parte de un plan para proteger la estabilidad del país, hasta el momento no se han presentado pruebas públicas que respalden las acusaciones ni los arrestos mencionados.
Maduro sostuvo que Venezuela está siendo víctima de una “guerra no convencional” y reiteró su llamado a las fuerzas de seguridad y al pueblo venezolano a mantenerse alerta ante posibles intentos de desestabilización.
Entre los capturados, Maduro destacó la presencia de:
“Cayeron con los kilos, como decimos en Venezuela. Están las pruebas”, afirmó Maduro, indicando que las detenciones permitirán avanzar en la desarticulación de lo que describió como una agresión mercenaria.
El mandatario venezolano denunció que estas acciones forman parte de una estrategia internacional para provocar una crisis interna. “Es el llamado a un golpe de estado, el llamado a una guerra civil. Otra vez, un llamado a golpe de estado, otra vez, un llamado a guerra civil”, enfatizó en sus declaraciones.
Maduro afirmó que este «segundo llamado» busca profundizar la inestabilidad en el país y provocar enfrentamientos internos. Asimismo, acusó directamente al gobierno de Estados Unidos de financiar estas acciones, reiterando su postura de resistencia ante lo que considera una agresión externa.
Estas declaraciones llegan en un momento de alta tensión entre Venezuela y la comunidad internacional. Las relaciones con Estados Unidos se han caracterizado por sanciones económicas y acusaciones mutuas.
El presidente venezolano vinculó los recientes acontecimientos con lo que considera una estrategia continuada de desestabilización dirigida por potencias extranjeras, particularmente el gobierno saliente de Estados Unidos.
Maduro insistió en que su gobierno no permitirá que estas acciones avancen y llamó al pueblo venezolano a mantenerse en alerta. “No nos vamos a quedar cruzados de brazos jamás”, declaró, subrayando la importancia de defender la soberanía nacional ante lo que describió como intentos de fomentar una guerra civil.