TEGUCIGALPA – Honduras, como muchos otros países en el mundo, continúa enfrentando la pandemia del COVID-19 pero al parecer esta situación no incide a la hora de que los hondureños afligidos por la falta de trabajo, la pobreza y la falta de políticas de gobierno para ayudarlos, decidan migrar y emprendan el peligroso camino hacia el norte del hemisferio.
Nada parece tener efecto para frenar la migración irregular, en especial hacia Estados Unidos, y pese a la emergencia sanitaria siguen formándose las caravanas compuestas por hombres, mujeres y niños, que aún con el peligro de contagio del nuevo coronavirus se lanzan a la aventura que saben puede terminar encontrando desde fronteras cerradas hasta solicitudes de asilos denegadas.
Autoridades consulares de Honduras en México reportaron en su más reciente informe que en lo que va de la pandemia se han deportado 16.875 personas, de las cuales el 54%, son hondureños. Esto equivale a 9.129 connacionales, explicó Gerardo Simón, embajador de Honduras en México, a través de un comunicado.
El migrante hondureño, Daniel Varela, asegura tener temor por las condiciones migratorias y la emergencia sanitaria.
“Debido a los problemas que tenemos, desempleo, violencia, estoy sin empleo, no nos alcanza lo que ganamos, y sí, sabemos que es un riesgo viajar en esta pandemia hacia Estados Unidos a pesar de que dicen que no hay trabajo”.
Axel Arellano, otro migrante hondureño, afirma no tener temores y critica la falta de apoyo gubernamental, al tiempo que asegura que asume los riesgos. “Nos vamos porque buscamos trabajo, huir de la inseguridad a pesar de lo que está sucediendo con esta pandemia, buscamos salir adelante”.
Por su parte el gobierno de Honduras, por intermedio de su vicecanciller de asuntos migratorio, Nelly Jerez, explicó que los Centros de Atención al Migrante Retornado están funcionando de forma permanente para recibir a los que regresan.
“Nos hace ver que Honduras tiene que dar soluciones, implementar los proyectos de trabajo al campo, ser operativos para que los hondureños no migren ya que la ruta migratoria es más dura tomando en cuenta hoy la pandemia”, expuso Jerez.
Ariel Díaz, funcionario de la Dirección de Migración del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos, CIPRODEH, asegura que los indicadores sociales demuestran la fragilidad del Estado a la hora de evaluar la migración.
“Esto nos indica que los problemas estructurales en el país persisten y que hay desatención en otras áreas que conllevan a migrar, se mantienen índices de violencia esto nos da una idea solo en el marco de la pandemia”, afirmó Díaz.