Un reportero de Demirören Haber Ajansı (DHA, Agencia de Noticias Demirören) transmitía en vivo cuando la tierra volvió a temblar en Turquía, luego del primer terremoto de la madrugada que ha dejado más de mil muertes en el país.
“Un terremoto está ocurriendo en este momento (…) ¿Estamos en vivo? Se produjo un terremoto. Sí…”, narró el presentador que estaba en una zona donde ya habían ocurrido derrumbes en Kahramanmarash.
Según explicó, el nuevo sismo estaba afectando a los rescatistas que trabajaban en medio de los escombros. “Podemos ver dos edificios que se derrumbaron en este momento. El terremoto continúa. Sí, los ciudadanos que intentaron salvar a otros de los escombros están afectados por el terremoto”, agregó.
En total, tres niños pudieron ser rescatados de entre los escombros de esta unidad de viviendas completamente en ruinas en Kahramanmaras. “Pude salvar a tres personas. Pero también encontré dos cuerpos. No puedo volver a casa. Me quedo por si me necesitan”, dijo Halis Aktemur.
Este hombre de 35 años vino a ofrecer su ayuda a los equipos de rescate que trabajaban en las ruinas de un edificio en Diyarbakir.
El segundo sismo se produjo a las 13.24 (hora local, 10.24 GMT), con epicentro en epicentro de este nuevo temblor se halla en Elbistan, en la provincia de Kahramanmaras, unas nueve horas después del primer terremoto, que tuvo lugar a las 4.17 (1.17 GMT).
La magnitud fue de 7,5, tres décimas menos que en el primero, y a unos 80 kilómetros más al norte. La segunda gran sacudida llegó justo cuando los supervivientes empezaban a volver a sus casas para recoger pertenencias que pudieran ayudarles a pasar la fría noche que se avecinaba.
Las autoridades contaron más de 50 réplicas en las primeras 10 horas tras el sismo inicial y advirtieron que seguirían produciéndose durante muchos días más.
La zona afectada es remota y poco desarrollada. El desafío al que se enfrentan los equipos de rescate tanto en Turquía como en Siria es inmenso. La mayor parte de la región se quedó sin gas ni electricidad.
El servicio meteorológico pronostica lluvia y aguanieve en el sudeste de Turquía durante gran parte de la semana.
Varios edificios se derrumbaran tanto en Diyarbakir como en ciudades cercanas.
“Es una zona sísmica, así que estoy acostumbrada a las sacudidas”, declaró la reportera Melisa Salman, que vive en Kahramanmaras, epicentro del sismo, a unos 60 km de la frontera siria. “Pero es la primera vez que vivimos algo así”, dijo a AFP esta joven de 23 años. “Pensamos que era el apocalipsis”.
“Estamos afuera desde las cuatro y media de la madrugada. Está lloviendo, pero nadie se atreve a volver a sus casas por miedo a nuevas réplicas”, agregó.
A pesar de que la tierra no deja de temblar, los equipos de rescate, a menudo apoyados por la población local, siguen buscando víctimas.
Algunos establecimientos, como gimnasios o salas de recepciones, acogen a personas que no pueden regresar a sus hogares en Diyarbakir.
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