Paramédico de Gaza descubre que trasladaba el cuerpo de su madre, quien falleció en un bombardeo

Bardini había estado sentado en la ambulancia al lado del cuerpo de su madre, el cual se encontraba envuelto en una sábana blanca manchada de sangre mientras el vehículo avanzaba a saltos durante aproximadamente 2 kilómetros (1,2 millas) de caminos destruidos hacia el Hospital Mártires de Al-Aqsa en Deir al Balah.

Un paramédico palestino quedó horrorizado cuando se levantó la sábana ensangrentada del cuerpo que trasladaba: el cadáver sobre la camilla era el de su propia madre, asesinada en un ataque aéreo israelí el miércoles en la parte central de la Franja de Gaza.

”¡Oh Dios, juro que es mi madre! ¡No sabía que era ella!”, gritó Abed Bardini mientras rompía en llanto sobre el cadáver de su madre, Samira, tomando su cabeza entre sus brazos. Los demás paramédicos de la Media Luna Roja trataban de consolarlo sin éxito.

Sin saberlo, Bardini había estado sentado en la ambulancia al lado del cuerpo de su madre, el cual se encontraba envuelto en una sábana blanca manchada de sangre mientras el vehículo avanzaba a saltos durante aproximadamente 2 kilómetros (1,2 millas) de caminos destruidos hacia el Hospital Mártires de Al-Aqsa en Deir al Balah.

Tres personas murieron y 10 más resultaron heridas en un ataque israelí contra un automóvil en el campo de refugiados de Maghazi, según autoridades palestinas de salud y periodistas de The Associated Press. Directivos del hospital dijeron que dos de los muertos eran hombres que se encontraban a bordo del vehículo, y que la explosión también cobró la vida de Samira Bardini, la mujer de 61 años que se encontraba cerca del lugar.

Abed Bardini iba a bordo de una de las dos ambulancias que fueron enviadas a la escena. De regreso en el hospital, descargó la camilla con todo profesionalismo, entrecerrando los ojos bajo el sol de la tarde mientras empujaba el cuerpo a través del patio del hospital.

En el interior, el personal médico retiró la manta para revisar sus signos vitales, fue entonces que Bardini perdió todas sus fuerzas.

Poco después, ya sin más lágrimas, se sentó en la morgue junto al cuerpo de Samira con la cabeza entre las manos, consolado por sus colegas de la Media Luna Roja. Realizaron una oración fúnebre en el estacionamiento, y posteriormente el mismo Bardini ayudó a llevar el cuerpo en una ambulancia para su entierro.

Fuente: AP