La sexsomnia es un trastorno del sueño clasificado dentro de las parasomnias, un grupo de alteraciones caracterizadas por comportamientos físicos o experiencias no deseadas durante el sueño o en las transiciones entre el sueño y la vigilia. Este trastorno, aunque raro, genera comportamientos sexuales involuntarios mientras la persona está dormida e inconsciente.
Los episodios de sexsomnia incluyen actos sexuales que van desde caricias y masturbación hasta relaciones sexuales y orgasmos espontáneos. A pesar de estos comportamientos, quienes los experimentan no tienen control ni consciencia de ellos durante el evento, y suelen despertar sin recuerdos de lo ocurrido.
Un aspecto distintivo de la sexsomnia es la apariencia de alerta que puede mostrar la persona, con los ojos abiertos y en algunos casos respondiendo de manera limitada a estímulos, lo que puede generar confusión en los observadores. Sin embargo, estas respuestas son mínimas o automáticas, y la persona sigue en un estado de sueño profundo, según dijo a everydayhealth, Thomas Kilkenny, director del Instituto de Medicina del Sueño en el Hospital Universitario Northwell Staten Island en Nueva York.
La sexsomnia es un fenómeno complejo, con causas y factores de riesgo que abarcan desde condiciones médicas hasta hábitos de vida:
Sonambulismo y hablar dormido, que comparten mecanismos con la sexsomnia.
Los episodios de sexsomnia pueden ser provocados por estímulos externos, como ruidos o luces repentinas, que alteran las fases del sueño, según le dijo a everydayhealth, Keisha Sullivan, especialista en medicina del sueño en Kaiser Permanente en Maryland. Además, el estrés, la ansiedad, el consumo de alcohol, drogas recreativas y ciertos medicamentos de venta libre, como somníferos, también pueden ser factores desencadenantes.
El diagnóstico de la sexsomnia enfrenta barreras importantes, como la vergüenza o el desconocimiento de quienes la padecen. Según la Clínica Cleveland, en la mayoría de los casos, son los testigos (parejas o compañeros de habitación) quienes alertan sobre el comportamiento. Para confirmar el diagnóstico, los expertos recomiendan seguir estos pasos:
El tratamiento de la sexsomnia es integral, abordando tanto las causas subyacentes como los factores desencadenantes. Las estrategias incluyen:
La Clínica Cleveland también enfatiza que los cambios en el estilo de vidapueden ser cruciales para manejar la sexsomnia. Estas medidas incluyen:
La terapia puede ser esencial para el manejo emocional del paciente, ayudándolo a afrontar sentimientos de vergüenza o culpa. Además, la consejería de pareja puede ser necesaria, ya que los episodios de sexsomnia suelen generar conflictos en la relación o inseguridades, según explicó Thomas Kilkenny.
La sexsomnia puede tener profundas implicaciones emocionales y sociales. Según Kilkenny, las personas que la padecen suelen experimentar vergüenza, miedo al rechazoy preocupación por cómo su comportamiento afecta a sus seres queridos. Las parejas, por su parte, pueden sentirse inseguras, traicionadas o incluso dudar de la estabilidad de la relación.
En casos más graves, puede tener consecuencias legales, especialmente si las acciones realizadas durante los episodios afectan a terceros sin su consentimiento. Aunque se registraron casos donde se utilizó la sexsomnia como defensa legal en delitos sexuales, este argumento es controvertido y rara vez exime de responsabilidad penal.
El pronóstico para la sexsomnia es generalmente favorable si se identifican y tratan las causas subyacentes. Según comentó Keisha Sullivan, con un diagnóstico y tratamiento adecuados, los episodios pueden desaparecer gradualmente, mejorando la calidad de vida del paciente y su entorno.
La clave para superar este trastorno es buscar ayuda médica especializada, mantener una comunicación abierta con los afectados y adoptar medidas preventivas para garantizar la seguridad durante el sueño.
Fuente: Infobae