Con tres funciones respaldadas por el público que gusta de la danza clásica, la maestra Alina Abreu presentó el espectáculo “Sueño de una noche de verano”, de William Shakespeare, en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, con la que finaliza un año de excelentes producciones artísticas.
Este ballet está calificado como una fiesta para los sentidos, en donde el poderío desplegado en escena es impresionante y abre paso a un universo en que los bailarines describen una gama de sentimientos y la intensidad que conceptualiza una sensación tan compleja como el amor.
La historia llevada, presentada con más de 100 artistas en escena, transportó al público a un bosque encantado de a la antigua Grecia, magistralmente concebido por el escenógrafo Fidel López, en donde las polillas, mariposas, mariquitas, crisolinas, hormigas, escarabajos y avispas parecen vivir una fiesta eterna, que acompañado por un coro lírico, a cargo de la soprano y solista Paola González, embelleció de manera celestial algunas escenas.
La música fue de Felix Mendelssohn, la dirección musical de Junior Basurto Lomba, dirigiendo una orquesta en vivo.