Siete puntos de sutura en la parte inferior del labio de un estudiante fueron el resultado de un altercado en el que otro alumno lo hirió con una navaja o cuchilla, similar a la de un sacapuntas, en el liceo Matías Ramón Mella, ubicado en el municipio Esperanza, provincia Valverde.
La madre del menor agredido, cuyo nombre se omite para proteger la integridad del adolescente, explicó que cuando su hijo regresaba de la cafetería durante el recreo, el agresor se le interpuso junto con otro menor. Al intentar cruzar, los otros dos lo siguieron, hiriéndolo con la pequeña navaja.
Un video de las cámaras de seguridad del liceo, registrado el pasado jueves, confirma la veracidad de la versión del niño agredido, según indicó su madre.
El día del incidente, tan pronto como la madre llegó al centro educativo, la familia del menor lo trasladó al hospital, donde recibió siete puntos de sutura en el labio inferior y parte del mentón. Posteriormente, sus padres presentaron una denuncia ante el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes (NINA).
En el informe de evaluación del médico legista, entregado a la familia, se establece que el adolescente fue herido con una “navaja de yilet”.
La magistrada del Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes de Esperanza impuso una orden de alejamiento y protección a favor del menor agredido, además de sanciones para el agresor, que incluyen un período de trabajo social y comunitario en el municipio de Mao, asistir a charlas psicológicas y presentarse con sus padres ante el Consejo Nacional para la Niñez (CONANI).
La madre del menor agredido explicó que el día del conflicto se realizaba la entrega de notas, por lo que el niño se encontraba en el liceo. El adolescente agresor se acercó a ella preguntando si era la madre del joven, y le dijo que otro estudiante le había comentado que el agredido quería pelear con él, a lo que este respondió que había recibido el mismo mensaje de un tercer estudiante.
Poco después de que la señora se retirara del centro educativo, recibió una llamada informándole que su hijo había sido herido, por lo que considera que “no fue un incidente fortuito, sino algo premeditado”.
La madre indicó que lo único que exigía del liceo era que se impusieran las sanciones correspondientes, ya que ella y su esposo decidieron trasladar a su hijo a un centro educativo privado, buscando mayor seguridad para él.
Explicó que tuvo que llamar a la Policía en el momento del altercado, ya que en el liceo no hay Policía Escolar, lo que dificulta el control sobre lo que ingresa al centro.
Días después del incidente, la escuela la convocó a una reunión para discutir las medidas a tomar, y solicitó al centro que contactara a los padres del niño agresor; sin embargo, no pudo comunicarse con ellos hasta la semana siguiente.
Informaciones extraoficiales indican que el adolescente agresor supuestamente está vinculado a una pandilla, y aunque la madre ni el liceo pueden confirmarlo, el rumor persiste.