La violencia continúa marcando el día a día en Haití, donde la Policía Nacional Haitiana (PNH) informó este miércoles sobre la muerte de 16 presuntos integrantes de la pandilla "Base Gran Grif". Según las autoridades, este grupo armado estaría detrás de dos masacres que dejaron cerca de 150 víctimas entre octubre y diciembre de este año.
Los enfrentamientos se produjeron en Palmiste, una localidad de la región de Artibonite, considerada uno de los principales bastiones de la pandilla. Durante las operaciones, la policía señaló su compromiso de recuperar el control del territorio y garantizar la seguridad en la zona, reiterando su intención de desmantelar las redes delictivas que operan en el país.
En particular, la "Base Gran Grif" ha sido identificada como responsable de una masacre en Pont Sonde, que dejó más de 115 muertos en octubre, así como de otro ataque en Petite Rivière a principios de diciembre, donde más de 20 personas perdieron la vida.
La situación en Haití sigue siendo alarmante, con bandas armadas controlando más del 80 % de la capital y sus alrededores. La limitada capacidad de la policía y las misiones internacionales para restaurar el orden agravan la crisis.
En paralelo, el gobierno haitiano ha anunciado medidas para proteger las instalaciones médicas tras el incendio provocado en el hospital Bernard Mevs por una banda liderada por Jimmy Chérizier, alias "Barbecue". El primer ministro, Alix Didier Fils-Aimé, ordenó una presencia policial constante en los hospitales para prevenir futuros ataques y aseguró que se destinarán recursos adicionales para mantener los servicios de salud en funcionamiento.
El ministro de Salud, Duckenson Lorthé Blema, condenó el ataque, subrayando que este tipo de acciones agravan la crisis del sistema sanitario, donde varios hospitales ya se han visto obligados a cerrar. El gobierno reafirmó su compromiso de reabrir estas instalaciones y garantizar atención médica para la población, destacando que los hospitales son bienes públicos esenciales que no deben ser objeto de violencia.
La situación en Haití exige respuestas inmediatas y coordinadas para enfrentar tanto la inseguridad como el colapso de los servicios básicos.