Estados Unidos — El gobierno de Bien declaró el jueves el creciente brote de viruela del simio como una emergencia de salud nacional, una designación poco común que indica que el virus ahora representa un riesgo significativo para los estadounidenses y que pone en marcha nuevas medidas destinadas a contener la amenaza.
La declaración de Xavier Becerra, secretario de salud del presidente Biden, marca solo la quinta emergencia nacional de este tipo desde 2001, y se produce cuando el país permanece en estado de emergencia por la pandemia de coronavirus. La Organización Mundial de la Salud declaró una emergencia sanitaria mundial por el brote a fines del mes pasado.
El anuncio del Sr. Becerra, en una rueda de prensa vespertina en la que se unió a él una serie de otros altos funcionarios de salud, otorga a las agencias federales el poder de dirigir rápidamente el dinero hacia el desarrollo y la evaluación de vacunas y medicamentos, para obtener acceso a fondos de emergencia y contratar trabajadores adicionales. para ayudar a controlar el brote, que comenzó en mayo.
“Estamos preparados para llevar nuestra respuesta al siguiente nivel para abordar este virus”, dijo el Sr. Becerra, y agregó que “instamos a todos los estadounidenses a que se tomen en serio la viruela del simio y asuman la responsabilidad de ayudarnos a enfrentar este virus”.
El Sr. Biden ha enfrentado una intensa presión por parte de expertos en salud pública y activistas para actuar de manera más agresiva para combatir la viruela del mono, que ha infectado a más de 6600 personas en los Estados Unidos. Lawrence O. Gostin, experto en leyes de salud de la Universidad de Georgetown, calificó la declaración del jueves como “un punto de inflexión fundamental en la respuesta a la viruela del simio, después de un comienzo mediocre”.
Los suministros de la vacuna contra la viruela del simio, llamada Jynneos, se han visto gravemente limitados, y la administración ha sido criticada por actuar con demasiada lentitud para ampliar el número de dosis. Hace menos de una década, Estados Unidos tenía 20 millones de dosis de Jynneos ; en mayo, la gran mayoría de ellos habían expirado