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La Iglesia Católica aprovechó el “Sermón de las Siete Palabras” para abordar diversos problemas que enfrenta la sociedad dominicana, como la corrupción administrativa, la falta de la equidad de género, la juventud sin futuro porque está pérdida en vicios, el abandono de los envejecientes y el escandaloso número de adolescentes embarazadas.
“Mujer, he ahí tu hijo. Hijo, he ahí tu madre”, es la última tercera frase pronunciada por Jesucristo antes de morir en la cruz extraída del libro bíblico del capítulo 19 de Juan, versículos del 26 al 27.
El análisis de esas palabras del hijo de Dios estuvo a cargo de Ofelia Pérez, directora general de las Altagracianas, quien, en su discurso, que tuvo lugar en la Catedral de Santo Domingo, manifestó que la madre Patria se siente dolida y humillada ante el mundo frente al pecado de la corrupción administrativa.
Se preguntó cuántas personas no tienen tiempo para mirar el rostro cansando y arrugado de su madre, en alusión a la madre Patria, y repiten una y mil veces la misma historia sin recordar que ya la habían vivido.
Afirmó que muchos hijos de Dios, en alusión a la sociedad, olvidan aplicar la justicia y los valores morales y éticos.
Al referirse a la falta de equidad de género, en varias partes de su alusión, la representante de las Altagracianas lamentó que las mujeres representen el mayor número de participantes en las organizaciones políticas, empresariales, religiosas y sindicales y que a la hora de dirigir son relegadas.
Para ella al Jesucristo en la cruz mirar a María, su madre, miró a la mujer y le invitó a recuperar su dignidad. Precisó que ante la cruz el término mujer, en ese entonces, evocó la marginación social porque María tras pasar la agonía de la muerte de su hijo, Jesús, quedó sola, viuda y sin hijos, por lo que pasaría a ser una “descartada social”.