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Kiev (EFE) .-Los ataques de Rusia continúan en las localidades ucranianas y continúan bombardeando poblaciones cerca de la línea del frente sur. .
Uno de los bombardeos más graves se ha registrado en la ciudad de Kupyansk, en la provincia nororiental de Járkiv, donde han destruido un museo municipal, en un ataque en el que murió una empleada y otras diez personas resultaron heridas.
Así lo ha confirmado el propio presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien ha denunciado en su cuenta de Telegram que “el Estado terrorista está haciendo todo lo posible para destruirnos por completo. Nuestra historia, nuestra cultura, nuestra gente. Mata a ucranianos con métodos absolutamente salvajes”.
El jefe del Estado informó de la muerte de “una empleada del museo” y de “diez heridos”, aunque el número de víctimas podría crecer. “Aún hay gente debajo de los escombros”, explicó Zelenski, que dijo también que las labores de rescate continúan y prometió no dejar sin respuesta el ataque.
Según la administración militar de la provincia de Járkiv, el ataque ha sido perpetrado con un misil S-300.
Por su parte, el Estado Mayor ucraniano ha señalado que “unidades de las Fuerzas de Defensa de Ucrania repelieron 43 ataques enemigos en la jornada del lunes”.
El parte añade que Rusia sigue “a la defensiva” en los territorios que ocupa en las provincias del sur de Ucrania de Zaporiyia y Jersón, donde, sin embargo, continúa lanzando ataques contra “zonas habitadas” situadas junto a la línea del frente en esa parte de Ucrania.
Al menos tres civiles murieron en esas ofensivas, dos en Shajtar, en Donetsk (este de Ucrania) y otro- una mujer de 60 años. en la provincia nororiental de Járkiv.
En Jersón, las autoridades militares ucranianas han contabilizado sesenta ataques rusos contra la parte controlada por Kiev, sobre la que las fuerzas ocupantes lanzaron 386 proyectiles de artillería pesada además de atacarla con drones y aviones.
Los ataques y bombardeos diarios no son la única preocupación de la población ucraniana
Un total de 124 civiles ucranianos, entre ellos seis niños, han muerto desde el comienzo de la invasión a gran escala rusa como consecuencia de la explosión de minas y otros explosivos abandonados en territorio ucraniano.
Un portavoz del Ministerio de Defensa de Kiev citado hoy por medios locales ha asegurado que además, 286 personas, de ellas 33 menores, han resultado heridas como consecuencia del estallido de estos artefactos explosivos utilizados por los ejércitos en combate para dificultar los avances del contrario.
Se calcula que un total de 174.000 kilómetros cuadrados del territorio ucraniano, casi un tercio de la superficie total del país, está contaminado por minas antipersona o antitanque o por otros artefactos explosivos.
Ucrania trabaja con sus socios internacionales en la formación de especialistas capaces de desminar el territorio, una tarea que podría llevar décadas en completarse.