Un informe preliminar que evaluó las muertes de
peces en una Laguna de Puerto Viejo y Playa los Negros en Azua, apunta a una posible acumulación de contaminantes químicos y orgánicos, provenientes de actividades humanas en la parte terrestre y procesos naturales, arrastrados hasta el lecho marino por las escorrentías, según el
ministerio de Medio Ambiente.
El reporte del equipo encabezado por el biólogo marino Enrique Pugibet Bobea, puso en evidencia temperaturas del agua similares en los tres puntos de muestreo que tomaron los técnicos del Viceministerio de Costeros y Marinos, del Ministerio de Medio Ambiente.
“Los resultados de las evaluaciones y de laboratorios, incluyendo los parámetros de la calidad del agua y la presencia de contaminantes, nos sugieren que los posibles factores del evento se relacionan con contaminantes detectados (químicos y orgánicos), que se originan en tierra y se acumulan en las aguas de los humedales y, posteriormente, llegan al mar”, explicó el biólogo marino tras indicar que los datos de las temperaturas coinciden con los de las boyas oceanográficas instaladas en la zona marina.
En ese mismo orden, indicó que la estación A, en la boca de la laguna, tenía una temperatura de 32.4 grados centígrados; la B, cercana a las dos barcazas de generación de energía eléctrica, de la empresa turca Karadeniz Powership, registraba 32.4 grados centígrados cerca de la barrera contenedora, frente a la salida del agua y a unos tres metros de distancia.
Los técnicos colectaron unos 78 individuos identificados en ocho familias y 15 especies marinas de hábitos arrecifales, así como dos pelágicas asociadas a los estuarios.
Su trabajo contempló varias hipótesis, incluyendo una posible disminución del oxígeno disuelto en el agua, ya que “la alta turbidez causada por los movimientos del mar (mar de fondo), la escorrentía de las lluvias caídas en los humedales y los aportes de taninos y nutrientes, pueden contribuir a una disminución del oxígeno disuelto en el agua de la laguna costera”.