Washington, (EFE).- El Gobierno estadounidense publicó este martes la lista de diez medicamentos con los que iniciará una serie de negociaciones con las farmacéuticas para bajar sus precios, una medida incluida en la Ley para reducir la inflación que aprobó el año pasado Joe Biden.
A través de un comunicado, la Casa Blanca informó que las negociaciones se comenzarán durante los próximos meses y que los nuevos precios deberían entrar en vigor en 2026.
Durante los próximos 4 años, se negociarán los precios de hasta 60 medicamentos cubiertos por el Medicare, el sistema de seguro de salud federal para personas de más de 65 años y personas con discapacidad, y a partir de entonces se añadirán a la lista 20 medicamentos por año.
Este programa de negociación de precios está dentro de la Ley para reducir la inflación que el Ejecutivo de Biden aprobó el año pasado y que ha vendido desde entonces como el gran hito de su Gobierno.
Gracias a esta norma, Medicare obtuvo la autoridad para negociar el precio de algunos medicamentos recetados. Se prevé que este programa de negociación le ahorrará al Gobierno unos 98.500 millones de dólares en una década.
«La negociación de los precios de los medicamentos de Medicare dará como resultado menores costos para el bolsillo de las personas mayores y ahorrará dinero a los contribuyentes estadounidenses», afirmó la Casa Blanca en su comunicado.
Los diez medicamentos elegidos se utilizan para «tratamientos vitales» de afecciones «potencialmente mortales» como la diabetes, la insuficiencia cardíaca y el cáncer, y son «tan costosos» que mucha gente tiene «dificultades para acceder» a ellos, afirmó la Administración estadounidense.
Los medicamentos afectados son los anticoagulantes Eliquis y Xarelto; Jardiance, que trata la diabetes y la insuficiencia cardíaca; Januvia, Farxiga y NovoLog, que tratan la diabetes; Enbrel y Stelara, para artritis y psoriasis; Entresto, para la insuficiencia cardíaca e Imbruvica, para el cáncer de sangre.
Sus fabricantes tienen ahora hasta el 1 de octubre para declarar si participarán en las negociaciones con el Gobierno.
Si se niegan, señala la prensa estadounidense, deberán pagar un elevado impuesto al consumo o retirar todos sus productos tanto de Medicare como de Medicaid, el programa que brinda cobertura sanitaria a personas de bajos ingresos.
Según un informe del Departamento de Salud y Servicios Humanos, 9 millones de los afiliados al Medicare tomaron alguno de los diez medicamentos y pagaron un total de 3.400 millones de dólares de su bolsillo por ellos en 2022.
Estas negociaciones podrían ser frenadas por los tribunales, ya que seis fabricantes farmacéuticos (Astellas Pharma, AstraZeneca, Boehringer Ingelheim, Bristol Myers Squibb, Johnson & Johnson y Merck) llevaron a la Administración de Biden a los tribunales en un intento de bloquear la norma.
En opinión del Gobierno de Biden, las grandes farmacéuticas «llevan mucho tiempo luchando contra este progreso» y «sus ganancias crecieron a medida que gastaron más en recompra de acciones y dividendos de lo que gastaron en investigación y desarrollo».