Aprendió a vivir, a golear, el Real Madrid sin Jude Bellingham, reservado por su lesión de hombro por Carlo Ancelotti, que celebró la clasificación temprana para los octavos de final y el retorno de la pegada ante el Sporting de Braga (3-0), en una cita con reivindicación de Brahim que devolvió la confianza perdida en la definición a Vinícius y Rodrygo.
Brahim cambió el paso del Real Madrid con ese ímpetu del jugador que siente que se está cometiendo una injusticia con él.
De titular, de estrella en el Milan, a olvidado de Carlo Ancelotti han pasado unos meses que demostró no han afectado a su fútbol.
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Titular, por segunda vez en la temporada con el Madrid, en un escenario como el de la Champions, saltó dispuesto a demostrar que merece más.
Al Madrid le anularon el primero, retomando la intuición de Bellingham para aparecer en la zona donde un mediapunta hace gol, y definió arriba con calidad el tanto que silenciaba, por el momento, la falta de pegada madridista.
La Real Sociedad arrolló al Benfica en los primeros 21 minutos de encuentro con tres goles que finiquitaron el encuentro de Liga de Campeones a favor de los de Imanol Alguacil, marcador que pese al gol lisboeta en la segunda parte, supo gestionar la escuadra local.
Un encuentro que estuvo marcado por una previa conflictiva entre radicales de ambos equipos en los aledaños del Estadio de Anoeta, y que se saldó con al menos tres detenidos por la Ertzaintza.
Un triste y desaparecido Sevilla pasó con mucha pena y poca gloria por Londres.
Se lo llevó por delante el Arsenal, comandado por un gran Bukayo Saka, y tendrá que confiar en un milagro para soñar con los octavos de final y para siquiera oler la tercera plaza que da acceso a la Europa League (2-0).
Era previsible, por el mal momento del Sevilla, pero la imagen de los hispalenses fue tétrica en el Emirates Stadium. Estuvieron desaparecidos, sin pisar campo contrario hasta prácticamente la segunda parte y sin un disparo a puerta hasta el minuto 96.
El Arsenal fue dueño y señor del partido en Europa, algo que los aficionados ‘Gunners’ echaban de menos desde hace muchos años y es que aunque lo lograran hace semanas contra el PSV Eindhoven, esta vez era un vigente campeón de la Europa League el que estaba enfrente.
Con un gol de penalti en el minuto 86, el argentino Lautaro Martínez dio la victoria del Inter ante el Salzburgo (0-1), merecida tras una segunda parte en la que fue muy superior, y selló matemáticamente la clasificación a los octavos de final de la Liga de Campeones, en la que también estará automáticamente la Real Sociedad.
Fue de menos a más el conjunto que entrena el italiano Simone Inzaghi, que compareció en Austria con varias novedades en el once titular como Alexis Sáncez, Davide Fratessi o Bisseck en el carril derecho tras las lesiones de Pavard y Dumfries.
El Bayern derrotó este miércoles al Galatasaray por 2-1 con un doblete de Harry Kane que deja a los bávaros no sólo en cuartos de final de la Liga de Campeones sino con el primer puesto del grupo asegurado a falta de dos jornadas.
El primer tiempo terminó sin goles pero tuvo una gran intensidad con varias buenas ocasiones para el Bayern y dos excelentes ocasiones del Galatasaray poco antes del descanso.
El Galatasaray presionaba alta y obligaba al Bayern a salir con combinaciones rápidas o con balones largos lo que tendía a convertir el partido en un partido de ida y vuelta.
El Manchester United perdió un partido de locura en el Parken de Copenhague (4-3), lleno de incidentes de todo tipo, con intervención decisiva del VAR y que ganaba por dos goles, un resultado que compromete seriamente sus opciones en la Liga de Campeones y deja en el alambre a su técnico, Erik Ten Haag.
“Tu teatro de las pesadillas”, rezaba una pancarta (que jugaba con el sobrenombre del estadio del United) en el impresionante tifo del fondo de la hinchada del Copenhague, recordando el triunfo de su equipo frente al mismo rival y en la misma competición en 2006, y parte de cuyos protagonistas fueron homenajeados antes del encuentro.
El partido tuvo de todo: siete goles, dos de penalti señalados por el VAR, una expulsión, remontadas, un primer tiempo con trece minutos de descuento por varias interrupciones (una invasión de campo y dos espectadores que necesitaron atención médica) y un final feliz para el campeón danés, que ya había merecido mejor suerte hace dos semanas en Manchester.