“Guatemala no ha tenido gobiernos conservadores, sino gobiernos corruptos”, asegura en una entrevista con EFE el presidente Bernardo Arévalo, el primer mandatario progresista del país centroamericano desde el restablecimiento de la democracia en 1986, quien considera que lo más urgente ahora es combatir esa herencia que le han dejado sus predecesores.
“Decirles conservadores es hacerles un favor. Nosotros no hemos tenido gobiernos conservadores, nosotros hemos tenido gobiernos corruptos que se han disfrazado de ideología”, asegura el flamante presidente guatemalteco, quien hace doce días asumió el cargo tras una tumultuosa transición de cinco meses que casi deriva en un golpe de Estado.
El apoyo por parte de la comunidad internacional contrapesó el hostigamiento de una parte de la élite política, judicial y empresarial del país hacia Arévalo y su partido, el Movimiento Semilla, surgido de las protestas contra la corrupción de 2015 que desembocaron en la renuncia del presidente Otto Pérez Molina, posteriormente condenado a 16 años de cárcel y actualmente en libertad bajo fianza.
Una de las primeras decisiones de Bernardo Arévalo de León, sociólogo y diplomático nacido en Uruguay en 1958 durante el exilio de su familia, ha sido recuperar el despacho presidencial de su padre, Juan José Arévalo (1945-1951), primer presidente de Guatemala democráticamente elegido y artífice de la “Revolución de 1944”, un periodo de significativos cambios sociales y políticos en el país.
“Mi padre era un hombre con una clara visión democrática y de lucha por la justicia social. Esos son dos elementos centrales de mi Gobierno”, manifiesta Arévalo. El propósito de sus antecesores “no era administrar lo público, sino sencillamente echarle mano al erario público”, un latrocinio que según él ha costado al país el 40 % del presupuesto anual, que en 2023 ascendió a 115.443 millones de quetzales (unos 14.763 millones de dólares).
“El mejor ejemplo que tenemos es el Gobierno que acaba de terminar, que deja escándalos de corrupción que son realmente increíbles”, señala en alusión a la administración de Alejandro Giammattei (2020-2024), quien actualmente goza de inmunidad por su condición de miembro del Parlamento Centroamericano.