La renovación de la Misión Multinacional de Seguridad (MMS) por un año en Haití solo "alivia parcialmente la situación de inseguridad" en el país caribeño, según dijo este lunes el embajador del país ante la ONU, Antonio Rodrigue, frente al Consejo de Seguridad.
El Consejo aprobó este lunes por unanimidad renovar su mandato un año más, hasta el 2 de octubre, de esa misión, que no equivale a las fuerzas de paz clásicas de 'cascos azules' y se concibe como mera misión de apoyo a la policía haitiana. Además, depende para su financiamiento de las donaciones voluntarias de los países, y solo Estados Unidos ha contribuido con fondos significativos.
Rodrigue lamentó este lunes que "el financiamiento y el apoyo material, que la MMS necesita desesperadamente, sigue estando muy por debajo (de lo requerido)", y por ello su transformación en una misión de paz "se presenta no solo como necesaria, sino como una cuestión de urgencia".
"La violencia de las pandillas sigue carcomiendo la estructura social, los atropellos a los derechos humanos se multiplican, la inseguridad es omnipresente y paraliza nuestra economía, socava las instituciones y aviva el terror entre la población", recordó.
Pero la reclamación del gobierno de Haití de transformar la misión en una fuerza de paz de la ONU, apoyado en este caso por Estados Unidos, se ha topado con la oposición frontal de Rusia y China, reticentes a enviar cascos azules a un país del que salieron en 2017 -la misión llamada Minustah- entre graves acusaciones de abusos sexuales y de propagar un brote de cólera.