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En un giro inesperado en el caso de los hermanos Menéndez, el fiscal del distrito de Los Ángeles, George Gascón, dijo que revisará las nuevas pruebas que se han presentado.
Esto podría llevar a una revisión de su sentencia. El siguiente paso será una audiencia programada para noviembre de 2024, donde se evaluarán estas nuevas evidencias.
Lyle Menéndez, de 21 años, y Erik Menéndez, de 18, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de sus padres, José Menéndez, un destacado ejecutivo de entretenimiento, y Kitty Menéndez, el 20 de agosto de 1989 en su mansión de Beverly Hills. Sin embargo, la reciente aparición de nuevas evidencias ha vuelto a poner el caso en el centro de atención, capturando el interés de una nueva generación.
Según la abogada Leslie Abramson, Lyle y Erik Menéndez tenían miedo de que, si hablaban sobre los abusos, sus padres los matarían. A pesar de estas afirmaciones, los jurados en el primer juicio no pudieron llegar a un acuerdo, lo que llevó a un juicio nulo en 1994. Sin embargo, en un segundo juicio en 1996, los hermanos fueron condenados por asesinato en primer grado y sentenciados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Recientemente, se presentaron documentos legales que incluyen detalles perturbadores sobre el supuesto abuso que José Menéndez habría infligido a sus hijos. Entre las pruebas destaca una carta escrita por Erik Menéndez a su primo, en la que describe el sufrimiento que estaba viviendo.
Este caso se convirtió en uno de los crímenes más impactantes de los años 90, que ha dividido a la sociedad americana. Para algunos, los hermanos eran jóvenes privilegiados que asesinaron a sus padres por codicia, buscando quedarse con su herencia. Para otros, eran víctimas de un ciclo de abuso inhumano que los llevó a actuar en un momento de desesperación.