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SpaceX culminó exitosamente la sexta prueba del Starship, el mayor cohete espacial construido hasta la fecha.
El lanzamiento tuvo lugar desde la base de operaciones Starbase, situada en Boca Chica, Texas, cerca de la frontera con México.
A bordo, el CEO de SpaceX, Elon Musk, y el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, presenciaron el evento.
El cohete realizó un aterrizaje controlado en el océano Índico alrededor de las 17:00 hora local (23:00 GMT), una hora después de su lanzamiento.
A pesar de que parte del material protector del cohete se desprendió durante el descenso, la nave consiguió completar la maniobra de manera intacta.
A diferencia de la quinta prueba, en esta ocasión SpaceX decidió no recuperar el propulsor 'Super Heavy', permitiendo que cayera sobre el golfo de México.
La transmisión en vivo mostró cómo el propulsor descendió lentamente hasta tocar el agua, levantando una nube de humo en el impacto.
En la prueba anterior, llevada a cabo el 13 de octubre, el propulsor había sido capturado con éxito en una plataforma mediante un dispositivo llamado 'chopsticks', diseñado para facilitar su descenso controlado.
Los ingenieros de SpaceX aún no han especificado el motivo del cambio de estrategia en este sexto lanzamiento.
Llegar a la Luna y a Marte
El Starship quiere convertirse en el primer servicio privado que llegue a la Luna y Marte y establezca presencias permanentes y colonias en esos planetas, una visión considerada viable por Musk.
De lograr las certificaciones de la NASA, Starship formará parte de la misión Artemis III, la primera en más de medio siglo que devolverá una tripulación a la superficie lunar y que está prevista para 2026.
Varios grupos ambientalistas han criticado los lanzamientos del Starship desde Bocachica, al igual que la actividad de SpaceX en la región, dada la cercanía a un parque nacional y refugio de vida silvestre donde habitan varias especies en vía de extinción.
En julio de este año, un puñado de organizaciones en defensa del medio ambiente pidieron al Gobierno federal que prohibiera los lanzamientos de cohetes de SpaceX y acusaron a las agencias federales de no haber evaluado adecuadamente el impacto ambiental de la empresa de Musk.
El multimillonario, quien dio apoyo financiero y político a la candidatura del futuro presidente Trump, se ha posicionado en contra de las agencias regulatorias del Gobierno y liderará una iniciativa –encargada por el republicano- para acabar con la "burocracia" federal.