El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, condecoró este jueves en Uruguay a su amigo y exmandatario José ‘Pepe’ Mujica (2010-2015), a quien se refirió con emoción como la persona “más extraordinaria” que jamás ha conocido.
“Un hermano no se escoge, una madre tampoco, pero un compañero sí. Él es el compañero que yo escogí”, dijo, con ojos enrojecidos, al lado del amigo, después de concederle el Gran Collar de la Orden Nacional de Cruzeiro do Sul, la máxima condecoración del país.
Lula, quien viajó al país para participar en la cumbre del Mercosur, destacó que a lo largo de su carrera política había conocido a “muchos, muchos presidentes”, pero colocó al uruguayo en otro nivel, explicando que no lo condecoraba por haber sido presidente de Uruguay, sino por ser quien es.
Mujica, que recibió al presidente en su modesta finca rural a las afueras de Montevideo, comentó que no era “hombre de premios”, pero agradeció el gesto.
“Soy un hombre del pueblo que ha hecho lo que ha podido por su pueblo y nada más, pero Lula es un amigo de muchos años”, afirmó, de pie y apoyado en un bastón, a sus 90 años.
Mujica añadió que el brasileño era “de lo mejor” que ha visto pasar por Latinoamérica, “un continente rico con demasiado pueblo pobre”, y le deseó larga vida, deseando que “repita”, en alusión a las próximas elecciones de 2026, para las cuales Lula aún no ha confirmado su candidatura.
Al terminar su discurso, el uruguayo se dejó caer en una silla de plástico frente a su casa y, apuntando al gran collar dorado que le habían colocado alrededor del cuello, le dijo a un ayudante: “Sacame esto”.
Unas horas antes de la visita de Lula, Mujica recibió a otro líder progresista, el presidente colombiano Gustavo Petro, quien le otorgó la Orden de Boyacá.
El uruguayo anunció en abril que tenía un tumor en el esófago, lo que generó una ola de muestras de apoyo del progresismo latinoamericano, pero en agosto explicó que se estaba recuperando gracias a un tratamiento de radioterapia.