Un presunto sicario, disfrazado de personal médico, ingresó este viernes al Hospital Santo Tomás de Ciudad de Panamá y asesinó a un paciente colombiano que se encontraba hospitalizado desde hacía una semana tras sobrevivir a un atentado.
El Ministerio Público de Panamá confirmó el hecho a través de sus redes sociales, indicando que se están realizando investigaciones para esclarecer el ataque, ocurrido dentro de las instalaciones del hospital.
"La víctima recibía atención médica por impactos de bala propinados en otro hecho, registrado el pasado fin de semana en calle 76 San Francisco, cuando se trasladaba en una camioneta. En este mismo evento falleció otra persona", precisó en X la entidad investigadora.
El hombre, no identificado, "falleció a consecuencia de heridas por proyectil de arma de fuego", indicó un comunicado emitido por el Hospital Santo Tomás.
"No se ha registrado otra víctima en la sala de pacientes ni de colaboradores de este hospital", añade el comunicado.
Según las estadísticas de la Fiscalía, el 19 % de los 556 homicidios registrados en el país en 2023 ocurrieron en Colón y el 18 % en San Miguelito, que se posicionaron, así como la segunda y tercera zonas más violentas del país, solo superadas por Panamá, que registró el 38 %.
Las autoridades sostienen que el 70 % de los asesinatos en el país están vinculados al crimen organizado, incluidas las pandillas, que se ocupan de ocultar la droga que llega de Suramérica y de moverla para que salga hacia Norteamérica y Europa, así como también del menudeo en el mercado local, de acuerdo con la información oficial.
Hasta octubre de 2024 se han contabilizado 501 homicidios, según las últimas cifras de la Fiscalía de Panamá.
El 10 de octubre pasado, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino -que asumió su mandato de 5 años el 1 de julio de 2024-, lanzó un plan para "liberar" al país de las pandillas que puso más de mil policías a patrullar las calles revisando "casa por casa o finca por finca" de las principales zonas peligrosas.
En Panamá hay alrededor de 150 pandillas, aunque su forma de actuar y su estética es muy distinta a las maras centroamericanas, que son mucho más grandes, violentas e identificables por sus tatuajes.