LONDRES.- Astrofísicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han descubierto un halo de abundante masa oscura en torno a la galaxia enana Tucana II, una de las más primitivas del universo, lo que les ha llevado a concluir que probablemente las primeras galaxias eran más masivas de lo que se pensaba hasta ahora.
La Vía Láctea está rodeada de galaxias enanas que se consideran vestigios de las constelaciones primitivas, una de las cuales es Tucana II.
Según un estudio publicado este lunes en “Nature Astronomy”, los científicos detectaron estrellas en el borde de Tucana II (a 163.000 millones de años luz de la Tierra), lejos del centro de la galaxia pero dentro de su órbita gravitacional, lo que sugiere la existencia de un halo de materia oscura de tres a cinco veces más masivo de lo que se creía.
“Tucana II tiene mucha más masa de lo que pensábamos, para atraer a esas estrellas que están tan lejanas. Esto significa que otras galaxias primitivas probablemente tenían también este tipo de halos extendidos”, señaló en un comunicado el investigador de MIT Anirudh Chiti.
Se cree que la materia oscura supone más del 85 % del universo, y cada galaxia se mantiene unida gracias a una concentración local (o halo) de esta materia todavía muy desconocida.
Otro hallazgo de los científicos fue que las estrellas en la periferia de Tucana II son más primitivas que las que están en su núcleo, lo que constituye la primera evidencia de algo semejante en galaxias análogas.
Esta configuración indica, a juicio de los astrofísicos del MIT, que Tucana II podría haber surgido de la fusión entre dos galaxias, una más joven que la otra.
“Podemos estar viendo canibalismo galáctico. Una galaxia podría haberse comido a uno de sus vecinos más pequeño y primitivo, y después haber desparramado sus estrellas por la periferia”, dijo la profesora Anna Frebel, del MIT.
Los científicos creen que Tucana II es una de las galaxias enanas más primitivas, debido al escaso contenido en metal de sus estrellas, lo que indica su temprana formación, antes de que el universo produjese metales pesados.
Chiti y Frebel trataron de localizar otras estrellas en Tucana II que explicasen la formación de las primeras galaxias, para lo que contaron con las observaciones del telescopio SkyMapper, en Australia, tras lo cual recurrieron a los telescopios Magallanes, en Chile, para indagar en los metales de las estrellas.
“Habíamos pensado que las primeras galaxias eran las más diminutas y débiles. Pero en realidad podrían ser varias veces mayores de lo que creíamos y no tan diminutas”, resumió Frebel.