LONDRES (AP)— La Corte Suprema de Gran Bretaña resolvió el viernes que los conductores de Uber deben ser considerados “trabajadores” y no autónomos, una decisión que amenaza su modelo de negocio y tiene implicaciones más amplias para la llamada economía de los empleos esporádicos.
Los siete magistrados del alto tribunal decidieron por unanimidad rechazar el recurso de Uber contra el fallo de una corte menor, derrotando al gigante del alquiler de autos con conductor al final de una larga batalla legal.
Los jueces estuvieron de acuerdo con la sentencia previa que halló que, de acuerdo con la ley británica, dos conductores de Uber eran “trabajadores” y, por lo tanto, tenían derecho a beneficios como vacaciones pagadas y a ganar el salario mínimo.
“El tribunal laboral tenía razón al decir que los conductores son trabajadores”, dijo Nicholas Hamblen, juez de la Corte Suprema, en la lectura de un resumen del fallo del tribunal en una transmisión en vivo.
“Los conductores están en una posición de subordinación y dependencia de Uber, por lo que tienen poca o ninguna capacidad de mejorar su posición económica o sus habilidades profesionales o empresariales”, señaló.
Uber había alegado que los dos eran contratistas independientes. La empresa tiene 65.000 conductores en activo en todo el país.
Yaseen Aslam y James Farrar, los dos conductores, festejaron el fallo.
“Esta sentencia reordenará de manera fundamental la economía del trabajo esporádico y pondrá fin a la explotación generalizada de los trabajadores mediante la astucia algorítmica y contratista”, dijo Farrar por correo electrónico. Los dos demandaron a Uber en 2016 y obtuvieron un fallo favorable. Dos apelaciones ratificaron el fallo que finalmente llegó a la Corte Suprema.
El caso regresa ahora al tribunal laboral para que decida cómo se debe compensar a los conductores por los ingresos caídos.
Uber, con 65.000 trabajadores en el Reino Unido, dijo que respeta la decisión de la corte y sostuvo que afecta a un pequeño número de conductores que usaron su aplicación en 2016.
Las acciones de Uber perdían un 3% en las operaciones previas a la apertura de la bolsa en Nueva York.