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EE.UU. expresa preocupación por corrupción que limita inversiones en RD

RCC-ADMIN
27 julio, 2021 - 10:53 AM
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Santo Domingo.- El Departamento de Estado de los Estados Unidos recoge en su informe de inversión extranjera sobre República Dominicana las quejas de inversionistas que señalan al país como un destino que tiene acusaciones de corrupción generalizada con solicitudes de sobornos.

Los inversionistas manifiestan retrasos en los pagos del Gobierno, aplicación deficiente de los derechos de propiedad intelectual, obstáculos burocráticos, procesos judiciales y administrativos lentos, a veces sesgados, procedimientos atípicos en la valoración en aduanas y en la clasificación de las importaciones.

El documento detalla que el público percibe que la toma de decisiones administrativas y judiciales es inconsistente, opaca y requiere demasiado tiempo. La corrupción y la implementación deficiente de las leyes existentes se discuten ampliamente como reclamos clave de los inversores.

Explica además que Las empresas estadounidenses que operan en la República Dominicana a menudo necesitan tomar amplias medidas para garantizar el cumplimiento de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero.

Muchas empresas e inversionistas estadounidenses han expresado su preocupación de que la corrupción en el gobierno, incluido el poder judicial, continúe limitando las inversiones exitosas en la República Dominicana.

Aquí el resumen ejecutivo del informe

La Inversión Extranjera Di­recta (IED) juega un papel importante para la econo­mía dominicana, y la Re­pública Dominicana es uno de los principales re­ceptores de IED en el Cari­be y Centroamérica.

El gobierno busca ac­tivamente la IED con ge­nerosas exenciones fisca­les y otros incentivos para atraer empresas al país. Históricamente, los sec­tores de turismo, inmobi­liario, telecomunicaciones, zonas francas, minería y fi­nanciamiento son los prin­cipales receptores de IED.

En enero de 2020, el Go­bierno anunció un plan es­pecial de incentivos para promover inversiones de al­ta calidad en turismo e in­fraestructura en la región suroeste y, en febrero de 2020, aprobó una Ley de Asociación Público Privada para catalizar el crecimien­to económico impulsado por el sector privado.

Además de los incenti­vos financieros, la membre­sía del país en el Tratado de Libre Comercio de Centro­américa-República Domi­nicana (CAFTA-DR) es una de las mayores ventajas pa­ra los inversionistas extran­jeros. Los observadores atri­buyen al acuerdo el aumento de la competencia, el fortale­cimiento del estado de dere­cho y la ampliación del acce­so a productos de calidad en República Dominicana.

Estados Unidos sigue siendo el mayor inversor en República Dominicana. El CAFTA-DR incluye protec­ciones para los inversionis­tas extranjeros de los esta­dos miembros, incluidos los mecanismos para la resolu­ción de disputas.

A pesar de los impactos macroeconómicos negati­vos de la pandemia, los in­dicadores internacionales de competitividad y trans­parencia de la República Dominicana se mantuvie­ron estables.

Los inversionistas extran­jeros informan de numero­sos problemas sistémicos en la República Dominicana y citan la falta de reglas claras y estandarizadas para com­petir y la falta de aplicación de las reglas existentes.

Las quejas incluyen acu­saciones de corrupción ge­neralizada; solicitudes de so­bornos; retrasos en los pagos del Gobierno; aplicación de­ficiente de los derechos de propiedad intelectual; obstá­culos burocráticos; procesos judiciales y administrativos lentos y a veces sesgados lo­calmente, y procedimientos atípicos en la valoración en aduana y la clasificación de las importaciones.

Las débiles leyes de tenen­cia de la tierra y las expro­piaciones gubernamentales sin la debida compensación continúan siendo un proble­ma. El público percibe que la toma de decisiones admi­nistrativas y judiciales es in­consistente, opaca y requie­re demasiado tiempo. La corrupción y la implemen­tación deficiente de las leyes existentes se discuten am­pliamente como reclamos clave de los inversores.

Las empresas estadouni­denses que operan en la Re­pública Dominicana a menu­do necesitan tomar amplias medidas para garantizar el cumplimiento de la Ley de Prácticas Corruptas en el Ex­tranjero. Muchas empresas e inversionistas estadouni­denses han expresado su pre­ocupación de que la corrup­ción en el Gobierno, incluido el Poder Judicial, continúe li­mitando las inversiones exi­tosas en la República Domi­nicana.

En agosto de 2020, el pre­sidente Luis Abinader se con­virtió en el 54 Presidente de la República Dominicana, pre­sidiendo el primer cambio de poder en 16 años. Al asumir el cargo con promesas auda­ces de frenar la corrupción, el Gobierno arrestó rápida­mente a una gran cantidad de funcionarios de alto nivel de la administración anterior implicados en la corrupción, personas que bajo gobiernos anteriores se habrían conside­rado intocables.

Queda por ver si Abina­der cumplirá compromisos más complejos, como refor­mas institucionales para pro­mover la transparencia o una reforma del sector eléctrico que se retrasó durante mu­cho tiempo.

República Dominicana, un país de ingreso medio alto, se contrajo un 6.7% en 2020 y concluyó el año con un défi­cit de 7.7%, gracias a la pan­demia. El FMI y el Banco Mundial proyectan un cre­cimiento para 2021 de 4.0 al 4.8%.

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