Varios centenares de personas marcharon el martes en distintos puntos de Colombia para presionar al gobierno y al Congreso a que aprueben una decena de proyectos de ley, entre los que se incluye la gratuidad en la educación universitaria, una renta básica de unos 260 dólares para más de siete millones de hogares y una reforma a la policía.
Las personas salieron a las calles en ciudades como Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Cali ante la convocatoria del Comité Nacional del Paro, conformado en su mayoría por sindicatos. El organismo busca continuar con la presión ejercida contra el gobierno desde abril, cuando las manifestaciones fueron multitudinarias y se prolongaron por dos meses, primero impulsadas por una reforma tributaria que fracasó y luego contra la desigualdad y los abusos policiales.
“Hemos encontrado una falta de voluntad política del partido de gobierno en el Congreso que ha impedido que los proyectos de ley avancen en su trámite”, dijo a The Associated Press el sindicalista Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
De acuerdo con Maltés, hay tres proyectos que responden a algunas recomendaciones que hizo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tras su visita a Colombia para verificar las denuncias en las protestas. “Son el paso de la policía a una entidad de carácter civil, la desaparición del ESMAD (policía antimotines) y las garantías para el ejercicio de la protesta social”, explicó.
Durante el periodo de protestas, en las que hubo focos de violencia, murieron más de 50 personas y según la Fiscalía se ha logrado verificar que al menos 28 de ellas tuvieron relación directa con las manifestaciones. Las organizaciones de derechos humanos advierten que la cifra de muertos es mayor. Human Rights Watch señaló que la policía estaría involucrada en al menos 20 muertes.
Maltés, quien protestaba en Bogotá, aseguró que fue un acierto que el Comité Nacional del Paro se levantara de la mesa de negociación con el gobierno en junio, alegando falta de voluntad política para responder a los clamores de los manifestantes, que para entonces se contaban por miles.
“El gobierno no quería negociar, como no quiere hoy y quería desgastar la movilización para que la gente se cansara y no saliera de nuevo a protestar”, agregó.
Al final de la jornada de protestas, el alcalde encargado de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, indicó a la prensa que alrededor de 2.000 personas se movilizaron de manera “mayoritariamente pacífica”. Sin embargo,se presentaron algunos enfrentamientos entre civiles y la policía antimotines en el sur de la ciudad.
“En la localidad de Usme, en horas de la tarde, un grupo pequeño de manifestantes inició una acción contra la fuerza pública, esto motivó una intervención y la captura de cuatro personas. No se reporta ningún herido”, aseguró Gómez. Fuente: AP