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Con unas Águilas Cibaeñas que completaron su calendario de 50 juegos antes que los demás equipos, Aderlin Rodríguez no tendrá que tomar un turno más en la carrera al premio Jugador Más Valioso. Puede que no lo necesite, puesto que en el expediente que construyó en los 35 partido disputó existen las pruebas necesarias para que el jurado de la Lidom lo elija una vez se envíen las papeletas con los candidatos y le entreguen el premio de una jeepeta cero kilómetro.
Rodríguez, que en noviembre cumplió 33 años, está a punto de sumar su mayor reconocimiento individual en una carrera profesional que arrancó con expectativas elevadas a tener un vuelto alto, pero que no desarrolló la potencia para despegar como para alcanzar el Gran Circo.
En la fórmula de Winter Ball Data, el inicialista aparece con un aporte ofensivo por encima de la media de la liga de 101. Es líder en jonrones (8), en carreras remolcadas (28) y total de bases (72) y lo hace con un promedio de bateo de .323, con un OPS de .956.
Un desempeño que nunca antes tuvo en su paso por la liga, que arrancó en 2013 con un debut de breve participación con los Gigantes y que incluyó ocho campañas, las últimas dos con el Escogido.
Compite con nombres como Eguy Rosario (Estrellas), Emilio Bonifacio (Licey), Jerar Encarnación y J.C. Escarra (Águilas) entre los jugadores de posición. Su compañero Enny Romero aparece como un rival importante con sus 10 salidas de calidad con foja de 6-1, efectividad de 1.24 y 47 ponches en 51 entradas.
Su trayectoria
En el verano de 2008, los Mets hicieron de este nacido en Santo Domingo su mayor apuesta al entregarle un bono de US$600 mil. En 2012 dio señales del poder que se vislumbraba con 24 jonrones en Clase A, pero no volvió a quedar cerca y en 2015 el equipo lo dejó libre.
Ahí comenzó un periplo que lo llevó por Marineros, Orioles y Padres hasta que se quedó sin trabajo tras 2019 donde finalmente llegó a AAA, pero aceptó una oferta para irse a Japón, gracias a su desempeño con el Escogido ese invierno.
Regresó a los Estados Unidos en 2021 con los Tigers y tuvo otro paso con los Frailes hasta que en 2022 volvió a Japón. El último avión lo llevó a México el verano pasado.
Fue dejado libre por los escarlatas tras la pasada campaña, donde había perdido la regularidad y las Águilas lo reclutaron.