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Argentina: sequía mata miles de vacas y daña cultivos

Ana Aybar
Ana Aybar
20 enero, 2023 - 9:09 AM
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En un campo de la provincia argentina de Santa Fe, un ternero muerto yace a pocos metros de una vaca que colapsó unos días antes de inanición. El silencio que los rodea se rompe con el insistente balido de varias crías desamparadas.

“Esos terneros balan porque se les murió la madre”, dijo a The Associated Press el productor agropecuario Gustavo Giailevra, mientras la víspera señalaba con resignación a los animales que en pocos días también perecerán por la falta de agua y forraje.

Su campo agrícola y ganadero, de unas 1.370 hectáreas y situado cerca de la localidad de Tostado, sufre los efectos de una sequía que en los últimos meses ha terminado con la vida de más de 300 animales.

Inseminación

No muy lejos, su hijo Pablo Giailevra se encontraba junto al cuerpo de un ejemplar de inseminación de raza Braford muerto junto a un tanque de agua que a estas alturas del año debería estar mucho más lleno.

“Murió hace dos días; (los animales) vienen a las aguadas; se chocan, se atropellan para tomar lo poco que hay de agua, se caen y no se paran más”, se lamentó el hombre, de 40 años.

Al tanque también acuden a beber zorros, pumas y jabalíes que no encuentran dónde hidratarse.

Miles de vacas muertas, cultivos de soja y maíz marchitos e incendios que amenazan los campos de la zona agropecuaria más rica de Argentina son los efectos de una sequía que se prolonga desde hace tres años por el efecto del fenómeno climatológico de La Niña y ha causado perjuicios económicos millonarios.

Al 10 de enero, cerca del 50% del territorio argentino sufre diferentes grados de sequía y unos 26 millones de cabezas de ganado vacuno -de las más de 54 millones que conforman la hacienda nacional- se encuentran en riesgo por la falta de pasto y agua en varias regiones, indicó un informe del Mercado Ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Campo

En el campo de los Giailevra, especializado en la cría de terneros que se venden al resto del país, se esperaban las lluvias a mediados de septiembre y, cuatro meses después, no han llegado.

Toda el agua almacenada en perforaciones y represas se fue terminando y traer un camión cisterna no parece la solución, por el costo (unos 1.500 dólares) y el hecho de que se agota en un día.

Intentaron llevar su hacienda a pastar y beber a otros campos, pero, según afirmaron, a unos 350 kilómetros a la redonda “no consigues un lugar” porque lucen igual de dañados.

Cientos de hectáreas de algodón y pasturas están arruinadas por la sequía y, paradójicamente, a más de 100 kilómetros, se extiende el Paraná, uno de los ríos más caudalosos de Argentina que podría contribuir a resolver el problema.

En el departamento santafecino de 9 de Julio, del que Tostado es cabecera, de las 600.000 cabezas de ganado, al menos 400.000 sufren por la falta de agua, según Jorge Mercau, presidente de la Sociedad Rural de esa localidad.

En el norte de la provincia de Santa Fe, la ausencia de lluvias se ha traducido hasta ahora en la muerte de al menos 3.000 vacas, indicaron a su vez las autoridades provinciales.

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