El accidente cerebrovascular (ACV) afecta a aproximadamente 14 millones de personas en todo el mundo y se ha convertido en un grave problema de salud pública. Si bien es altamente prevenible y tratable, se detectó un rápido aumento de casos entre 1990 y 2021, debido a varios factores: el crecimiento de la población, su envejecimiento y la mayor exposición de las personas a factores de riesgo ambientales y conductuales.
Estos son los resultados del nuevo Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD) publicados en la revista The Lancet Neurology y se presentarán en el Congreso Mundial de Accidentes Cerebrovasculares en Abu Dhabi en octubre de 2024.
El accidente cerebrovascular o ACV es una emergencia médica que se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre y oxígeno al cerebro se obstruye o se rompe.
Las primeras cuatro horas y media son cruciales para atender al paciente: desde el momento en que se inicia el cuadro, por cada minuto que transcurre, se mueren 2 millones de neuronas. Es por este motivo que es esencial actuar con velocidad para evitar sus secuelas.
La investigación demostró cómo los ACV se han disparado en forma global: El número de personas que sufrieron un ACV aumentó a 11,9 millones en 2021 (un 70 % más que en 1990) a nivel mundial.
Los sobrevivientes de ACV aumentaron a 93,8 millones (un 86 % más que en el inicio del estudio).
Las muertes relacionadas con accidentes cerebrovasculares aumentaron a 7,3 millones (un 44 % más), lo que convierte la afección en la tercera causa principal de muerte en todo el mundo (después de la cardiopatía isquémica y el COVID-19). Más de las tres cuartas partes de las personas afectadas por accidentes cerebrovasculares viven en países de ingresos bajos y medianos (PIBM).
Además, las estimaciones sugieren que, en todo el mundo, la cantidad total de discapacidad, enfermedad y muerte prematura (una medida conocida como años de vida ajustados por discapacidad [AVAD]) perdidos por ACV aumentó un 32 % entre 1990 y 2021, pasando de alrededor de 121,4 millones de años de vida saludable perdidos en 1990 a 160,5 millones de años en 2021, lo que convierte al accidente cerebrovascular en la cuarta causa principal de pérdida de salud en todo el mundo después del COVID-19, la cardiopatía isquémica y los trastornos neonatales.