Siete oficiales de policía y tres trabajadores de un hospital psiquiátrico en Virginia fueron acusados de homicidio en segundo grado por la muerte de un recluso afrodescendiente, anunció la fiscal del caso el jueves.
Irvo Otieno, de 28 años, murió el 6 de marzo en el hospital Central State de la ciudad de Petersburg, 200 kilómetros al sur de Washington, luego de ser transferido allí desde un prisión local por su condición mental.
Según los resultados de la autopsia preliminar, el hombre murió por asfixia mientras era "restringido físicamente", dijo en un comunicado Ann Cabell Baskervill, fiscal de distrito del condado de Dinwiddie.
La familia de la víctima conoció el jueves la grabación del video de su muerte.
Pese a que "sufría una enfermedad mental, lo que vi hoy fue desgarrador", dijo su madre Caroline Ouko en una rueda de prensa. Según ella, el video muestra "siete oficiales sobre un hombre".
"Mi hijo fue tratado como un perro, peor que un perro. Lo vi con mis propios ojos… asfixiaron a mi bebé", lamentó la mujer.
Ben Crump, un abogado conocido por representar a las víctimas en actuaciones violentas de la policía contra afrodescendientes, asumió el caso.
Crump dijo a la prensa que siete policías inmovilizaron por 12 minutos a Otieno, quien estaba esposado y tenía los tobillos encadenados.
Con edades entre los 30 y los 57 años, siete funcionarios del alguacil del condado de Henrico fueron puestos en custodia.
También tres trabajadores del hospital, de entre 23 y 34 años, fueron arrestados bajo el mismo cargo.
Estados Unidos enfrenta numerosas protestas por la brutalidad policial y el racismo.
Esto, desde el asesinato en 2020 de George Floyd, un afrodescendiente que murió cuando la policía de Minneapolis le detenía.